Las organizaciones tienen un metas y objetivos. Dentro de estos logros está cumplir con su productividad, generar productos; cumplir a sus clientes y por supuesto generar utilidades que les permitan sobrevivir. En este punto, la comunicación es factor importante que promueve también la ventaja competitiva en las organizaciones empresariales, en los partidos políticos y en todo tipo de integración social.
La productividad no sólo requiere de técnica y tecnología, sino también de una cultura que se construye al interior de los grupos de trabajo. Es preciso por tanto, saber comunicar los objetivos a los integrantes de la organización, motivar a los empleados para que logren sus metas y por supuesto participen en los logros de la empresa. El psicólogo Elton Mayo, produjo en sus investigaciones el “efecto péndulo”, como una aportación para comprender que los individuos tienen sentimientos, buscan sentirse útiles y deben considerarse motivados para actuar adecuadamente.
Por ello, el éxito de las organizaciones está en construir un esquema de comunicación integral, un ambiente de paz y tranquilidad que sea garantizado por una planeación efectiva, con valores y criterios éticos. La cultura al final de todo el proceso es los que se comunica, los elementos que están de maneara intangibles dentro de las empresas. La puntualidad, por ejemplo es un valor que indica que las cosas van bien, la importancia del tiempo está en la materialización de los procesos basados en el principio de “Just on time”.
Este método japonés, también llamado “método Toyota”, se basa en establecer una planeación efectiva, garantizar que los insumos estén en su lugar y se logre una sinergia entre los trabajadores y las metas. También parte del principio de que no es necesario almacenar para garantizar insumos, todo puede resultar si los trabajadores hacen su parte. Es un sistema de responsabilidad compartida, donde la comunicación es efectiva y permanente. Es imposible que un eslabón en la cadena trabaje, porque todo se comunica.
Asimismo, el “método Toyota”, rompe con el esquema rígido de los trabajadores, porque instrumenta valores de cooperación y participación no sólo en los quehaceres que le corresponden, sino en toda la cadena de la producción. Se busca empleados creativos, felices y colaboradores, que puedan realizar cualquier actividad. Ahí está el secreto de las empresas más eficientes y productivas.
Pero también depende el éxito en las organizaciones de técnicas como el “método Gemba”, que evoca una palabra japonesa que puede traducirse a: “el verdadero lugar”, eso significa que cuando estudiamos, aprendemos la teoría o la técnica, pero es preciso entender la organización. Saber qué hacer, qué es lo que está obstruyendo la productividad. Pueden ser los empleados que llegan tarde, que pierden el tiempo en el almuerzo o que atienden mal a los clientes. Eso está disminuyendo la productividad de la empresa.
Por tanto, para garantizar una empresa exitosa, es necesario conocerla, escrudiñarla, contar con profesionales de la comunicación que logren integrar y alinear todos los elementos. Desde la infraestructura, la iluminación y todos los factores que comunicación a los empleados, a los clientes y a los proveedores. La confianza está basada en lo que se comunica. Por tanto, la percepción de un oficina limpia, organizada y cuidada, dará por tanto confianza a los clientes.
En el “método Gamba”, tienes que ver cómo lo hacen, porque lo hacen así los empleados, cómo se sienten los clientes y todos los que forman parte del proceso. Sólo así se podrán transformar los elementos que obstaculizan la productividad, tal vez dar a conocer las minutas, los acuerdos, explicar bien los objetivos; eso servirá para garantizar productividad. Comunicar bien, es la clave. Producir más depende de la comunicación asertiva. Insertemos estos consejos en la organización y veamos su crecimiento.
JOSÉ LUIS ESTRADA