Lunes negro para los mercados financieros. La semana pasada empecé este espacio con la misma línea. Ese lunes 9 de marzo marcó el inicio de una semana verdaderamente complicada para los mercados financieros y ayer se vio rebasado por otro lunes negro, uno peor. El índice S&P 500 cayó 12%, el Dow Jones 12.93% y el Nasdaq tuvo su peor día en la historia cayendo 12.32%. Desde 1987 no se veían caídas similares.
El domingo, en un movimiento sorpresivo, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció el recorte de 100 puntos base en las tasas de referencia, solo un par de semanas después de haberlas bajado 50 puntos, también fuera de calendario. La medida ya de por sí radical fue solo una de las varias anunciadas antier. Inicia también un programa de compra de activos por 700 mil millones de dólares, retomando las medidas de quantitative easing aplicadas después de la crisis de 2008. Elimina el coeficiente de reservas de los bancos para impulsar el otorgamiento de crédito. La Fed también abrió la posibilidad de que los bancos acudan para créditos directos a través de una ventanilla de descuento y, en conjunto con los bancos centrales de Japón, Inglaterra, Canadá y Suiza, acordó proveer de liquidez al mercado de dólares en el mundo.
Los bancos centrales no toman medidas repentinas y es extraño que tomen este tipo de decisiones fuera de sus tiempos. La siguiente reunión de la Fed sería esta misma semana, el 17 y el 18, pero tenía que mandar señales de que estabilizaría el mercado de bonos por la volatilidad de la semana pasada. La reunión fuera de calendario y las medidas anunciadas lograron el efecto contrario, más volatilidad y más miedo en los mercados financieros. Además, la Reserva Federal utilizó desde ahora todas las herramientas a su alcance, aún reconociendo que no se tiene ninguna claridad sobre la profundidad o la duración de la crisis.
La recesión de la que se lleva hablando hace ya varios meses pero que parecía no llegar, ahora está a la vuelta de la esquina. Varios bancos centrales ya redujeron tasas y los gobiernos de las diferentes economías afectadas están ya pensando en las medidas fiscales que tendrán que aplicar para detener la caída.
En México aún no tenemos esos planes. El presidente López Obrador anunció ayer que no sería necesario tomar ninguna medida fiscal específica. El secretario de Hacienda ha hecho declaraciones que van en el mismo sentido, lo más parecido a una política fiscal contracíclica que ha mencionado Herrera es la posibilidad de anticipar el gasto planeado para el segundo semestre del año a estos meses, aunque sin explicar la fuente de dónde provendrán los recursos para financiar ese gasto adelantado.
Más allá del tema de salud pública que se nos viene encima, los tiempos nos dan a veces los pretextos ideales. Es momento de abandonar los proyectos sin sentido como Dos Bocas, el Tren Maya o Santa Lucía. Ahora es el momento de tomar las decisiones difíciles y redireccionar recursos a proyectos rentables y de apoyo directo a los sectores económicos que se verán más afectados. Es momento de hacer una política industrial dirigida con sensatez y de reconsiderar los créditos fiscales. Se requerirá estrategia. Serán semanas difíciles.
@ValeriaMoy