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Argumentos para las coberturas petroleras

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La semana pasada, el subsecretario de Hacienda dejó ver que la Secretaría estaba explorando la idea de no contratar las coberturas petroleras que desde hace muchos años el gobierno usa como parte de la planeación del Presupuesto de Egresos de la Federación. Debo decir que, a simple vista, me pareció un riesgo que la economía mexicana no debería de correr en estos momentos. Sin embargo, el tema es más complejo de lo que parece, en parte por la secrecía con la que se llevan a cabo las negociaciones y por el monto de recursos involucrados.

Las coberturas petroleras permiten al gobierno asegurar los ingresos relacionados con la exportación de hidrocarburos. El mecanismo permite compensar la pérdida de ingresos presupuestarios en caso de que los precios internacionales del petróleo caigan por debajo del nivel presupuestado. El esquema empezó a usarse a principios de los 90s. En un inicio las coberturas se contrataban esporádicamente, pero a partir de la creación del Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros se fueron institucionalizando ya que se contaba con una fuente cierta de recursos para poder pagar el costo de las mismas.

El alto volumen de las operaciones de cobertura podía generar un impacto en el precio de las mismas, por lo que los detalles del esquema se mantuvieron confidenciales para evitar su encarecimiento. Con el paso de los años algunos detalles se fueron conociendo como los montos cubiertos y los instrumentos financieros utilizados, predominantemente opciones de venta tipo “put” sobre el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación.

Fue la crisis de 2008-2009 la que forzó al gobierno a dar a conocer los detalles del esquema. El desplome de los precios del petróleo de 150 dpb a 30 dpb a finales de 2008 estaba generando serios cuestionamientos sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas del país. Ese año, México compró coberturas asegurando un precio promedio de 70 dpb, como lo registró Bloomberg, cuando el precio estaba todavía por arriba de los 140 dpb. En 2009, el precio de petróleo promedió 55 dpb. México pagó 15,561 mdp por las coberturas y obtuvo ingresos por 64,353 mdp; un beneficio de 48,792.1 mdp, de acuerdo con el CEFP, un respiro para las finanzas públicas en ese año tan complicado.

Entre 2001 y 2017, México ha comprado coberturas todos los años, salvo en dos, y las ha ejercido en tres ocasiones. Las negociaciones se hacen en etapas y bajo la mayor secrecía. El esquema de coberturas solo es posible hacerlo por un año a costos razonables, así que si la caída en los precios del petróleo persiste es necesario hacer un ajuste de gasto en los años siguientes.

Considerando el elevado costo de las coberturas, el gobierno podría autoasegurarse si tuviera los recursos suficientes para amortiguar la caída de los precios y haciendo los ajustes pertinentes en su programación de ingresos y gastos.

Es posible que Hacienda esté considerando no comprar las coberturas este año dada una visión estratégica de las finanzas públicas que se verá plasmada en el presupuesto. También es posible que no las vaya a comprar por falta de recursos o por motivos de austeridad. Tiendo a pensar que es la segunda.

@ValeriaMoy

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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