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Adiós a las ZEEs

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Es común que al inicio de una administración quieran deshacerse de cualquier cosa que tenga visos de la anterior. Lo vemos cada seis años cuando cambian los logotipos, las marcas y los colores. No solo es una pérdida de recursos que podrían usarse en cosas más útiles y más necesarias, sino que también, en muchos casos, representa deshacer los avances que se habían logrado. Es común, pero sigue siendo un desperdicio y un despropósito.

La administración actual ha suspendido o desaparecido proyectos e instituciones que habían dado buenos resultados o estaban en camino de darlos. Entre las más recientes víctimas están las Zonas Económicas Especiales. La iniciativa de ley para la creación de las ZEE se presentó en 2015 y durante los años posteriores se trabajó en el marco legal para darle vida a las siete zonas con las que empezaría el proyecto.

Una ZEE es una región geográfica particular en la que las reglas para hacer negocios son distintas a las que prevalecen en el resto del territorio de un país. La idea tras la creación de las ZEE era impulsar el desarrollo económico del sur, promoviendo un entorno más flexible y eficiente para la inversión. Las ZEE no son la panacea para resolver todos los problemas de desarrollo regional, pero pueden ayudar. Hay en el mundo alrededor de 4,300 ZEE y aproximadamente la mitad han sido exitosas.

Desde luego que el proyecto de las ZEE no garantizaba resultados ni prometía milagros, pero ya había inversiones comprometidas para Lázaro Cárdenas-La Unión (Michoacán y Guerrero), Coatzacoalcos (Veracruz), Salina Cruz (Oaxaca), Puerto Chiapas (Chiapas), Progreso (Yucatán), Seybaplaya (Campeche) y Dos Bocas (Tabasco), que es donde empezaría su implementación. Pero hay que reconocer que el proyecto estaba bien desarrollado, cubriendo desde los aspectos fiscales, pasando por la infraestructura y llegando hasta el desarrollo de capacidades para generar el capital humano para las empresas que ahí se establecieran. El proyecto avanzó más lento de lo que hubiera sido deseable y a pesar de que el marco legal quedó listo, no se comenzó su implementación.

El jueves pasado, en la conferencia mañanera

—donde se dicta la política económica de esta administración—, el presidente anunció la desaparición de las ZEE. En sus palabras, las ZEE “nunca hicieron nada por ayudar”. En su lugar, agregó, se apostaría a “proyectos de desarrollo” como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Corredor Transístmico. Como era de esperarse, no hubo diálogo con las partes involucradas previo a la cancelación.

Tabasco, Campeche y Chiapas decrecieron 6.7%, 1.3% y 0.5% respectivamente en 2018. Al sur le urge una intervención.

Al cierre de 2018, se tenían contempladas para la primera etapa inversiones por 8 mil 234 millones de dólares en las siete ZEEs, con una generación de 31 mil 80 empleos directos. A largo plazo, el potencial de inversiones era de 42 mil 287 millones de dólares con una creación de 367 mil 909 empleos.

De esta forma, las ZEE se une al programa de estancias infantiles, al de apoyo a mujeres víctimas de violencia, a ProMéxico, al Consejo de Promoción Turística y deja de existir. Otra oportunidad de desarrollo que se desperdicia.

@ValeriaMoy


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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