En las últimas décadas ha habido dos propuestas de cómo hacer ciudad, en uno de los casos de éxito más estudiados, Bogotá. De ser considerada la peor ciudad del mundo, con 3 mil 363 asesinatos y mil 387 muertes causadas por accidentes de auto en 1995, tuvo una transformación total con dos de sus alcaldes.
¿Cómo resuelves una ciudad rota? ¿Arreglando el hardware; su infraestructura y el espacio público o su software; las actitudes y comportamientos de la gente? El alcalde Antanas Mockus se enfocó en crear cultura de la ciudadanía, dándole importancia al comportamiento de la gente. Su propuesta se basó en las responsabilidades del ciudadano y exigió un nuevo código de civilidad. Puso a prueba el compromiso de la gente, de pagar 10% más de impuestos para tener mejores servicios y 60 mil familias se apuntaron. Todo esto llevó a que los índices de inseguridad y accidentes bajaran, pero algunos problemas funcionales continuaban: tráfico, contaminación, calles inseguras y falta de espacios públicos.
Con Mockus, la ciudad cambió su mente, pero no su cuerpo. Un periodo después, Enrique Peñalosa como alcalde se enfocó en las formas de urbanismo y cultura. Él es fiel creyente que el diseño urbano debe usarse para hacer feliz a la gente. Le entró a las preguntas complicadas, tanto políticas como filosóficas, esas que exigen un cambio de pensamiento: ¿Quién y cómo convivir en los parques? ¿Quién tiene acceso a los espacios públicos más bonitos? ¿A quién debemos de favorecer al crear mejor movilidad? ¿Carros, bicis, peatones? Su plan parecía más una revolución que una transformación urbana.
Peñalosa creó mejor movilidad para todos; carriles exclusivos para el transporte público, así como la ciclovía. Creó amenidades en toda la ciudad, más de 600 parques y bibliotecas en las zonas más pobres. Usó el espacio público para crear igualdad de oportunidades y calidad de vida.
Veo esas dos propuestas como necesarias y complementarias. Hoy más que nunca necesitamos replicarlas. Crear ciudadanos y espacios que cambien la forma que convivimos y vivimos. ¿Hardware o software? Me quedo con la computadora completa, la ciudad con sus ciudadanos en mejores espacios públicos.
Valeria Guerra
