Del 12 al 21 de noviembre del año que corre hacia su fin, al tiempo que se actualiza en México el Día Nacional del Libro creado en 1980 por decreto presidencial de José López Portillo y a iniciativa de su hermana Margarita, que lo engastó –con toda justicia– en el aniversario natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, escritora suprema y la primera en la historia en ser reconocida y leída como tal, en Guadalajara se estará inaugurando, en los portales de la Presidencia Municipal, la IX Feria Municipal del Libro Antiguo y Usado.
La ocasión es la más que favorable para muchos lectores aviesos y otros que están en proceso de serlo, pues tendrán ante sí oportunidades excepcionales para proveerse de piezas bibliográficas de su interés y de tomar parte en presentaciones de libros, conferencias y actividades lúdicas para infantes.
Se ha previsto reconocer en tal contexto a dos tapatíos muy comprometidos con la letra impresa y la cultura, Silvia Linet Flores y Claudio Jiménez Vizcarra, que desde sus competencias y ámbitos han merecido el reconocimiento público y la gratitud de muchos, la una por mantener hasta donde le fue posible los Cursos de Información sobre Guadalajara, que creó en 1975 el profesor Ramón Mata Torres y durante muchos años una librería sui generis para el Ayuntamiento de Guadalajara, que ella especializó en temas regionales y locales y muchos añoran ahora que ya no existe.
Don Miguel Claudio, por su parte, con una trayectoria y dedicación sin tacha, por la que ya ha recibido el galardón supremo a su trayectoria impoluta en estos menesteres, el Premio Jalisco en el ámbito humanístico, sostiene y actualiza desde hace 20 años, con la dedicación total de su cónyuge, María Inés Palomar Manzano, un sitio web (museocjv.com) que viene a ser el modelo a seguir en el ejercicio de garantizar el derecho a la cultura a todo mundo.
Casi coetáneo a él, pero también un caso aislado en el ámbito local, tenemos ante nosotros el empeño que tuvo otro Premio Jalisco, don Luis Sandoval Godoy, gracias al interés y empeño de Álvaro López Tostado, para dejarnos en el sitio luissandovalgodoy.wordpress.com su copiosa producción bibliográfica de medio centenar de títulos.
Ahora que Guadalajara, en el 2022, se convierta, por designación de la UNESCO, en Capital Mundial del Libro, una de sus premisas tendrá que ser facilitar gracias a los medios electrónicos actuales una biblioteca de autores jaliscienses a los lectores del futuro que ahora son niños y adolescentes no tan ávidos ya del invento de Gutenberg como de la palabra y de la comunicación escrita desde los nuevos y atractivos soportes electrónicos.
A juzgar por lo que acaba de pasar del 23 al 31 de octubre, en la que vimos una muy rala 52ª Feria Municipal del Libro, respecto a lo abultado que se advierte será la que aquí anunciamos, nos ha de quedar claro que corren ya tiempos en los que no se necesitarán tanto impresos y bibliotecas personales como gente que lea y pensadores críticos. Apostémosle a ello, los tapatíos, en esta coyuntura favorable e inminente del 2022.
Tomás de Híjar Ornelas