Quienes se estén guardando los últimos momentos de la serie para ver después: primero, qué valientes son, y cuánta fe tienen en la humanidad al creer que no les van a arruinar todo en cualquier momento, pero por favor, lean en paz, esa no seré yo. Con spoilers me refiero al fenómeno que son, no derramaré ninguno de ellos en este espacio.
Sin ser la fan que la mayoría de ustedes seguramente es de Game Of Thrones, no me he librado de la ola de decepcionados respecto a la última temporada que el pasado domingo llegó a su fin. Entiendo, uno se enamora, se apropia de las series, espera que todas sus expectativas sean cumplidas. Eso solo es señal de que lo que veíamos era algo excepcional. Y que nuestra naturaleza humana hace imposible sostener las expectativas que construimos en la vida. Entiendo la molestia de que algunos personajes se comportaron fuera de carácter (para decirlo conservadoramente) que los dragones dieron de dragonasos donde menos imaginábamos y que muchos creen que lo escritores de la serie, cuando ya no estaban adaptando los libros de George RR Martin, ya no sabían qué hacer. Vale.
Sin embargo, tengo que solicitar a mis amigos y conocidos que dejen de pedirme que firme la petición de Change.org para que se vuelva a hacer la última temporada de Game Of Thrones. Tal vez HBO tenga 15 millones de dólares por capítulo que invertir de nuevo, pero no es que tengan muchas otras producciones de ese calibre (nadie las tiene) como para poder darse ese lujo. Además, queda el asunto de que todo es cuestión de opinión. Hay muchas personas que sí fueron felices. Y no se imaginan por cuán riguroso proceso pasó cada momento de esta última temporada (sí con todo y la pifia del vaso de Starbucks) como para hacerlo de nuevo. No son el Universo Marvel. Cuando un personaje muere, hasta ahora se queda muerto. No renace de adolescente en un universo paralelo.
Creo que usar plataformas que incitan los cambios sociales no son los lugares donde estas peticiones deberían llevarse a cabo. No al lado de “reunamos a los hijos separados de su madre en la frontera” o incluso: “No cortemos los presupuestos de educación para nuestros hijos”. Ya, a veces es difícil dejar ir. Pero como en la mayoría de las relaciones que dejamos a la tierra ardiendo detrás de ellas. Hay que admitir que no hay regreso. Y no. Netflix (aunque estoy segura de que le encantaría) tampoco puede revivir la serie como lo ha hecho con tantas. No cancelaron Game Of Thrones a pesar de tener un gran público. Terminó. Punto. Todo debe llegar a su fin.
Entiendo, porque yo fui de las que así se sintió con el final de Lost. Hasta la fecha la gente le pregunta a JJ Abrams y a todo el elenco: “¿Qué demonios fue eso?”. Y sí, yo tampoco quería que acabara House, pero debo admitir que esa última temporada estuvo de más. ¿Otro gran caso? También de HBO, Los Soprano. Un final que dejaba tanto a la imaginación. Yo creo que depende mucho de lo que imaginamos con nuestras series el que nos guste o no algo así. Pero no le voy a pedir a “las autoridades” que se metan con eso.
Twitter: @SusanaMoscatel