En 2024 viviremos la elección más grande de México. En el escenario federal, saldremos a elegir 500 diputaciones federales, 128 senadurías y la Presidencia de la República, mientras que en las elecciones locales se definirán nueve gubernaturas, 1,098 diputaciones locales y 1,803 presidencias municipales.
En total, 20,375 cargos irán a elección y podrá votar un universo cercano a los 98 millones de mexicanas y mexicanos.
Es un ejercicio democrático importante, y aunque podríamos hablar mucho del destino del país en la decisión que tendrá la ciudadanía, creo que es primero necesario abordar la urgencia que existe de que todas y todos los ciudadanos invadamos el terreno político.
Es común escuchar el rechazo de muchas personas en torno a la política y a las elecciones; algunos con una falta total de interés, otros pidiendo información sencilla que les permita conocer más y hacerse de un criterio, y otros más bastante informados, pero decepcionados de lo que ven.
Entiendo perfectamente este rechazo; pero al ser un tema que nos impacta a todos, no podemos dejar ningún espacio para que otros decidan y hagan lo que les dé la gana.
Basta de los políticos que prometen esperanza y un cambio para después hacer ellos lo mismo que criticaban.
Basta de los gobernadores que llegan a instalarse en el poder para que sus familiares gobiernen como titulares de las dependencias o detrás de la toma de decisiones.
No les podemos dejar el camino libre a aquellos que, comprometiendo nuestro futuro, compran el suyo ante la mirada cómplice de los que, por migajas de la corrupción, les aplauden o, cuando menos, los justifican.
Y también, basta de las y los políticos de oposición que no lo son, que no construyen nada, que se prestan a un circo en el que pactan por conveniencia.
La política vista como negocio absoluto es lo que nos tiene como estamos.
Pero la forma de incidir no es a partir de la apatía ni desde afuera, es desde adentro.
El desinterés les beneficia a los de siempre y créanme que somos muchos más los que queremos en el poder gente con valores, que sí quiere trabajar y cambiar las cosas.
En 2024, vamos a hablar de política porque es la única forma en la que vamos a construir el país que soñamos; vamos a “meternos” en política porque es mejor equivocarse por actuar que por nunca haber hecho nada.
Vamos a ser ciudadanos de tiempo completo le pese a quien le pese, porque tu decisión vale igual que la de cualquier otro mexicano.
En 2024 vamos a cumplirle a México.