Política

Campo en crisis

El campo está en crisis y su problemática es multifactorial. La sequía ha significado duros momentos para las productoras y los productores de prácticamente todo el país e, incluso, para aquellos que cultivan con riego.

La realidad es que no hay agua que alcance y el tema es crítico, pero no es el único.

A la falta de agua debemos sumar la falta de apoyos, programas y políticas para el campo, así como la caída en los precios de muchos de los cultivos que han redundado en el cierre de muchas de las unidades de producción.

Es frecuente en este tiempo ver más parcelas en renta, así como la renta y venta de tractores.

No hay mañana para el campo, una política pública que no atienda de fondo las problemáticas podría hacer a nuestro país aún más dependiente de lo que se cultiva en otras partes del mundo.

Pero la problemática es compleja y abarca temas sociales.

Por ejemplo, ocho de cada 10 trabajadores del campo están en el terreno de la informalidad. Este 80 por ciento supera el 55 por ciento de la informalidad promedio en el país.

Se trata de millones de mexicanos que no cotizan para una pensión, que no son sujetos de un crédito para vivienda y que tienen dificultades para acceder a los servicios de salud.

De los casi 27 millones de trabajadores que hay en el campo en México, 15 millones de ellos son jornaleros que trabajan para varios patrones.

Ahí hay una oportunidad para construir esquemas jurídicos que atiendan sus necesidades y mejoren sus condiciones de vida.

Porque millones de jóvenes quieren trabajar en el campo, pero no encuentran condiciones de desarrollo, lo que obliga a implementar programas de empleo para un campo donde el 72 por ciento de los productores es mayor de 45 años.

Tampoco podemos ser omisos al nivel escolar de millones de productores, donde el 50 por ciento de ellos solamente tiene la primaria.

Otro flagelo que se debe atender es el acceso a una salud digna. Porque en el campo lo que es un derecho, se ha convertido en el lujo, cuando los servicios médicos son inalcanzables.

Seguir pensando en lo productivo por encima de lo social significaría perpetuar la pobreza en las zonas rurales y eso sería olvidarnos de ellos.

Lo peor que nos puede pasar es que además de la sequía por falta de agua, tengamos sequía de ideas, de apoyos y de empatía con los campesinos.


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Saúl Barrientos
  • Saúl Barrientos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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