El miedo sobre violencia electoral es bastante, hay diversos actos que ponen en riesgo este proceso, como lo es la intervención del crimen organizado en el estado, acompañado de la violencia electoral que en los últimos días representa una transversal y ha alcanzado a todos los partidos y candidatos, desde los federales, estatales y municipales, cosa que nunca habíamos esperado, ni aun los mismos candidatos.
Este acto es necesario en un estado como Hidalgo, los criterios se confrontan y entrecruzan los motivos, o será una estrategia de los mismos candidatos que están en riesgo, ya que los resultados no le son favorables y pretenden simular el terror o la amenaza hacia su persona para que tengan ante la sociedad un papel de víctima y así puedan lograr obtener más votos.
Sin embargo, para muchos de los ciudadanos la violencia electoral está desbordada y esto genera desconfianza en el día 2 de junio. En virtud de ello, aunque la autoridad del estado ha encarcelado a diversos candidatos que tenían cuentas que rendir ante la justicia, eso generó más evidente el poner miedo en los habitantes de dichos municipios, en el cual hace una contienda que prevalezca en terror; tal vez no debemos minimizar este episodio acusando absurdamente, puede ser un montaje de los mismos para apoyar al PT a que llegue a segunda fuerza política del estado, y así lograr un senador más a favor de Morena.
A pesar de la compleja dinámica de seguridad que genera esa violencia o simulación de la violencia, la paz en Hidalgo cuenta arriba del 68% de los hidalguenses que se sienten seguros en su comunidad, municipio o ciudad. Estos actos de terror y miedo que manifiestan hoy diversas candidatas y candidatos hasta hoy día no hemos visto un acto serio que complique las elecciones, ni de los mismos que han pedido protección dentro de su mismo municipio.
No hemos visto un acto tan grande que merezca una protección personalizada y aun así se han presentado muchos que los acompaña la Guardia Nacional en sus giras como medio de protección.
De acuerdo con el diagnóstico, el indicador de miedo a la violencia electoral no ha generado cambios en la posición de los hidalguenses, solamente es un humo blanco sin incidencias.
