Las elecciones de 2024 en Hidalgo enfrentan enormes desafíos, esto se debe a que hoy en día los hidalguenses están llamados a desempeñar un nuevo papel ante los fracasos de los tradicionales políticos y sus partidos fallidos. La cuarta transformación que vive el país han tratado de resolver todo sin generar un nuevo sistema en el que se desarrolle la distribución y producción que representa realizar fundamentalmente un fenómeno enlazado con la esperanza del cambio que espera la ciudadanía, simplemente la lógica de cómo se ejecutan políticamente fuera de la planeación y desarrollo que son la base de cualquier transformación.
Por ello, se encuentra rebasados tanto por el gobernante como por los partidos y sus amos.
En este contexto electoral no ha llegado una idea nueva para aclarar cuál es el nuevo camino que pretenden los morenistas en su lucha de cambio o de constituir estrategias del eje para llegar a que por el voto cuiden y conserven la democracia que siempre tiene el ánimo de protagonizar.
Sin duda el fenómeno electoral no marca el entorno y el desafío que enfrenta la ciudadanía para llegar a la transformación aunado a que en un panorama común observan las actitudes de los políticos sin ideología o lucha por causa común salvo su ambición sin rumbo.
Los morenistas hoy solo son los rezagados de todos los partidos que hay. Presumen su nuevo chaleco guinda sin comprender el fondo del origen y el rumbo.
Si bien, lo ocurrido es que la mayoría de los políticos hidalguenses ya se han registrado como aspirantes de uno u otro puesto, pero ninguno ha tenido el valor de renunciar o pedir licencia a sus funciones públicas pese a que están en campaña abierta con todo lo que les da.
Aunque la semana pasada nos sorprendió la renuncia del ingeniero David Roble, ex titular de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Hidalgo, para dedicarse de tiempo completo a su campaña, hecho que le da más seriedad y ética a diferencia de los otros.
