El debate es uno de los componentes importantes inmerso en los procesos democráticos. Es un espacio diseñado para que los aspirantes a un cargo de elección popular respondan preguntas formuladas previamente bajo un formato estructurado, con tiempo asignado además de un orden acordado, en el cual manifiestan sus ideas, conocimientos, muestran su capacidad de respuesta y control de emociones.
El debate es la plataforma en la que cada uno de los participantes expone de manera general sus ideas, propuestas e incluso se genera polémica y hasta discusión entre ellos en defensa de su persona o planteamiento, con la intención de que el electorado haga una comparativa de las diversas plataformas de trabajo.
En conclusión, el debate es un ejercicio necesario que refuerza el sistema democrático, el cual ayuda a que la ciudadanía se sienta parte del proceso electoral, generando opiniones encontradas las cuales permiten el diálogo entre el pueblo expresando así su opinión de cada uno de los participantes, al tiempo que muestren su estrategia electoral así como la manera en que consideran llegarán a resolver los problemas hasta descubrir lo más obscuro de sus adversarios y debatir las ideas que propone cada uno de los aspirantes.
Participar en un debate es compartir cierta cantidad de información, con comprensión inicial del tema sobre el cual buscan legitimar su candidatura.
No asistir al debate da una señal negativa ante la sociedad, situación que conlleva a una reflexión sobre la incapacidad del candidato por defender su representación ante el pueblo en una elección popular.
En Hidalgo se ha visto que la mayoría de los candidatos no tienen la intención de participar de los debates, dejando ver que no cuentan con las tablas necesarias para defender sus ideas, discurso, quizá no desean escuchar algo negativo respecto a su trayectoria y antecedente político; por ello, la percepción de la ciudadanía augura que el próximo 2 de junio no habrá representación legítima que les represente en estos puestos de elección popular.
