El escenario del nuevo año 2021 representa un ejercicio complejo y una actividad necesaria ante las crisis económica, política y de salud por la pandemia del covid-19 que han permeado diversas problemáticas en todos los rubros de la vida, pareciera que por el exagerado uso de la tecnología, la naturaleza cobró los desastres que ha generado el individuo contra este planeta.
Por ello, el futuro de la humanidad está en riesgo y crea incertidumbre ambivalente para reconfigurar la cultura, las costumbres del ser humano y el modo de vivir, así como la nueva prospectiva que marca el determinismo anclado al deterioro de la naturaleza y la convivencia social que se ha hecho especial énfasis en la oportunidad de cambio al identificar y propiciar el nuevo enfoque de convivencia.
Aunado a dar la posibilidad de modificar la conducta del individuo en esta crisis a todos los niveles que nos ha traído los peores resultados impulsados por los líderes políticos que gobiernan, que cada vez parecen estar más alejados de la realidad por su mal manejo, ya que deben resolver de forma humana, no como política fallida.
El futuro hoy está completamente descosido y suelto, todo podría suceder si no entendemos que la naturaleza es la madre de toda la fortaleza del hombre y que los políticos deben aplicar sus obligaciones para servir y alejarse del manejo del poder y dejar de ser un mal necesario por su egoísmo e intereses privados.
Que sepan que este año la sociedad espera un gran cambio en su mentalidad para salvar este planeta en el que vivimos y todos estamos en riesgo de pagar lo que se ha hecho.