Sobre la contaminación que nos ahoga en Nuevo León me queda muy claro que podíamos haber hecho mucho más para evitarla y ahora sabemos que es muy tarde.
Y de la misma manera; hoy, veo La Huasteca y me dan ganas de gritar con todas mis fuerzas para llamarle la atención a quienes pudieran evitar lo que está ocurriendo.
Ya la semana pasada les había anticipado en este mismo espacio sobre los malos manejos inmobiliarios, pero luego de recorrer una nueva zona mi desazón aumentó. Esta vez no estuve sobre la comunidad Buenos Aires y sí, a lo largo de todo el ejido Los Nogales y su conexión con Valle de Reyes.
¿Sabes qué encontré? Decenas de nuevas construcciones que no cumplen con las regulaciones mínimas de Semarnat, AyD o municipio de Santa Catarina. ¿Saben cómo lo sé? La mayoría abusa con pozos propios o con bardas escandalosamente altas que mutilan los cauces naturales de desfogue del agua del cañón y alteraron su recorrido.
Además, es muy extraño (por no decir corrupto) que en un área natural protegida con jurisdicción de un ejido se estén repartiendo terrenos que no tienen el visto bueno del Tribunal Agrario. O sea, alguien en el ejido está lucrando, el municipio los apoyaría con policía y falsos permisos y a nivel federal no auditan como debiesen.
Moraleja, mientras hacia Valle de Reyes podemos observar el cañón natural que aún conserva su fisonomía luego de años de litigios, justo a 180 grados y pocos metros de distancia, inicia en Los Nogales, un caos de construcciones.
Y sí, la pregunta es obvia, ¿por qué permiten algo así? Muy simple: avaricia y falta de escrúpulos para avanzar sobre una realidad que al igual que la contaminación, ya no tendrá vuelta atrás porque el daño será irreversible en una zona que existía para ser generadora de recursos naturales y pulmón de nuestra área metropolitana.
Twitter: @santiago4kd