Sociedad

Van dos supervivientes a la cumbre de jueces

  • Columna de Rosi Orozco
  • Van dos supervivientes a la cumbre de jueces
  • Rosi Orozco

Madaí se encontraba sentada en la banqueta esperando a una persona cuando la abordó un hombre. Le preguntó si sabía dónde quedaba el baile, ella le respondió que no. Enseguida, le preguntó su nombre y le pidió su número de teléfono, Madaí no desconfió.

La historia continúa como muchas otras historias de trata de personas. La enamoró llamándola todos los días, haciéndole creer que se preocupaba por ella. Tiempo después la convenció de abandonar todo e irse con él a otra ciudad.

Así, Madaí llegó a la Ciudad de México un día de septiembre de 2010. Los primeros días estuvo encerrada sola en uno de los llamados cuartos verdes de la colonia Buenavista. Cuando el hombre volvió, le dijo que debía vender su cuerpo. Como se negó, los gritos, los golpes y las amenazas comenzaron.

Madaí fue explotada sexualmente en Sullivan. Allí, Alejandra Gil, la mujer que controló esa zona por más de 30 años, fue otra de sus explotadoras.

La valiente joven escapó tras casi dos años de esclavitud. Inmediatamente acudió a denunciar. De esta manera, en 2013, Saúl, su tratante, fue sentenciado a 40 años de prisión. En 2015, Alejandra Gil y su hijo Omar Sayún, ambos denunciados por Madaí, fueron también sentenciados a pagar con 15 años de cárcel.

En el caso de Madaí, se hizo justicia. Los jueces de la Ciudad de México cumplieron su deber. No tuvieron miedo ni se dejaron corromper o presionar, pusieron tras las rejas a tratantes que en otras administraciones fueron protegidos.

Para erradicar la trata de personas, la impartición de justicia es medular. Necesitamos jueces sensibles, capacitados y comprometidos, ya que son ellos quienes hacen cumplir la ley y, en gran medida, regresan a las víctimas su confianza en las autoridades.

En todo el mundo hay una discusión sobre el papel de los jueces en el combate a la trata. En Argentina, Lorena Martins desde hace años libra una batalla contra este flagelo; no obstante, son numerosos los obstáculos que los impartidores de justicia le han puesto.

En 2011, Lorena denunció a su padre de operar ocho prostíbulos donde se cometía trata de personas. Los locales estaban ubicados en Buenos Aires, Mendoza e incluso en territorio mexicano. De acuerdo con las acusaciones de Lorena, Raúl Martins, ex agente de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), ha operado una red de trata desde la década de los 80.

En un primer momento, el caso fue asignado al juez Norberto Oyarbide. Sin embargo, después de que circulara una fotografía donde éste aparecía abrazado con Raúl Martins en una fiesta, la jueza Servini de Cubría quedó a cargo. Hace unos meses, tres casos contra Martins por trata de personas fueron unificados en un solo expediente. En consecuencia, Servini de Cubría llamó al ex agente a declarar y envió un pedido a Interpol para buscarlo, pues se presume que se encuentra escondido en México.

Mientras, Lorena declara que ha sido víctima de amenazas de muerte por parte de su padre y que éste consigue su impunidad gracias a la corrupción. Señala que su padre posee grabaciones de jueces manteniendo relaciones sexuales en sus establecimientos, las cuales utiliza para extorsionarlos y que, por lo tanto, no es posible hablar de un proceso honesto. Ante esto, por su seguridad, ha salido de Argentina.

Aunque el enemigo es poderoso, Lorena también cuenta con algunos valiosos aliados y amigos. El papa Francisco le ha externado su apoyo, pues él es uno de los grandes luchadores contra la esclavitud en el mundo.

En Argentina, diversas autoridades municipales se han sumado a la causa del papa. Hace unos meses, más de 200 alcaldes de todo el país firmaron un pacto contra el narcotráfico y la trata de personas. El pacto tiene como prioridad la protección de los sectores más vulnerables. El papa ha pedido "hagamos lío", es decir "hagamos ruido", y también lo piden estas autoridades argentinas: venzamos la apatía y actuemos contra el mal.

Gustavo Vera es alguien que está haciendo lío. El diputado porteño y titular de la fundación La Alameda ha tomado como guía las palabras del papa Francisco. No solo es un activista incansable contra la trata de personas, sino que incluso sus convicciones son tan fuertes que no ha temido denunciar a aquellos que obtienen su poder y sus riquezas esclavizando a otros.

Si algo comparten México y Argentina es que en ambos países algunos miembros de la sociedad civil están haciendo esfuerzos descomunales para cambiar la realidad y garantizar la libertad de todos. En sintonía con esto, para concientizar a los líderes y a las autoridades del mundo acerca del grave problema que es la trata y cómo ellos son piezas claves para erradicarla, la Academia Pontificia de Ciencias Sociales ha organizado por el momento tres eventos: la cumbre de líderes religiosos, la cumbre de alcaldes y la cumbre de jueces.

La Comisión Unidos contra la Trata ha tenido el honor de participar en estos eventos y acompañar a supervivientes de trata para compartir su testimonio en un foro internacional de tanta importancia. En la primera cumbre, fuimos testigos de cómo diferentes religiones del mundo pueden unirse por un bien común: budistas, cristianos, hindúes, judíos y ortodoxos se comprometieron a impulsar acciones espirituales y prácticas para terminar con las formas modernas de esclavitud.

En la cumbre de alcaldes se discutió la relación entre el cambio climático y la trata de personas. Los expertos advirtieron que la destrucción del planeta ha provocado migraciones forzadas, lo cual es un terreno fértil para la trata. Zunduri y Karla Jacinto tocaron con sus historias los corazones de alcaldes de todo el mundo y reconocieron el trabajo del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Este año, el canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, Marcelo Sánchez Sorondo, quien fue condecorado con la Orden del Águila Azteca por el presidente Enrique Peña Nieto, en marzo, ha organizado una cumbre para los jueces. El canciller explica que el papa Francisco desea empoderarlos para que tomen conciencia de su insustituible papel en la construcción de un mundo en paz.

Convencidos de que "La paz es el fruto de la justicia", desde el Vaticano, se llama a los jueces a asumir el desafío de ser incorruptibles, de defender la dignidad y la libertad.

En esta ocasión, Madaí Morales y Luisa participarán en la cumbre que tendrá lugar el 3 y 4 de junio en la Casina de Pío IV. Nos emociona su participación, pues son dos supervivientes de trata que están a punto de terminar sus estudios en la licenciatura de Derecho. Tanto Madaí como Luisa han dedicado los últimos años a prepararse para algún día defender a otras víctimas. No solo se han recuperado de la terrible experiencia de la esclavitud, sino que han decidido entregar sus vidas a luchar contra este flagelo con la fuerza de las leyes.

Por último, queremos agradecer a Alicia Peressutti por ser un ejemplo de compromiso social para los jóvenes y las víctimas. Agradecemos también a la comunidad judía, la cual una vez más ha mostrado su solidaridad con las supervivientes pues son ellos quienes financian el viaje de Madaí y Luisa. Con este acto rectifican la gran lección que hemos aprendido en las cumbres organizadas por el Vaticano: sin importar nuestra fe, nuestra nacionalidad o nuestra posición, debemos proclamar la libertad para cada uno de los seres humanos que habitan este planeta.

Si ves algo, haz algo. Denuncia trata al 01800 5533000 o en unidoshacemosladiferencia.com.

Twitter: @rosiorozco
Presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata AC

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