Esta semana asistí al Círculo de lectura Tenemos futuro porque tenemos pasado, donde, a través del análisis de artículos, cuentos y narrativas de ficción, confirmé que el cuerpo de la mujer es tema de todos, menos de quienes lo habitan.
Actualmente sabemos que no se habla de los cuerpos de las niñas y los niños, ya no se le permite a la “tía” decir que tal sobrina necesita dieta o que debe esforzarse más, como lo plantea Alondra Isabel en su cuento Monumento Espacial. Hoy quien hace eso es considerada una persona inmadura.
María Fernanda Ampuero en su ensayo Gorda señala cómo los estereotipos de belleza orillan a mujeres a no aceptar su cuerpo y creer que es mejor vivir con píldoras, inyecciones, dietas, rutinas extenuantes de ejercicio y hasta hipnosis, que tener sobrepeso.
Ampuero define a los productos milagro y tratamientos, como el negocio multimillonario de América Latina mismo que ha cobrado la vida de varias mujeres y hecho infelices a las que aún respiran.
Pero no solo es el peso de lo que la gente habla, sino también de la juventud. Porque pareciera que la edad es la lápida que debe cargarse sonriendo durante una carrera, donde varias ya llevan ventaja con sus rutinas de belleza, bótox y cirugías plásticas.
Me da risa escuchar que alguien cree que una mujer ya no es bonita solo porque es gorda y madura. Aún no he escuchado decir que tal hombre ya no es bonito solo por su peso, canas o arrugas.
Desde el siglo XIX en el cuento Buches para la belleza de Laura Méndez Cuenca, se nos muestra cómo las mujeres de antes hacían todo para no envejecer y da pena saber que aún hay casos así.
Confirmo que lo que más enriquece a la literatura femenina es la conversación que se desarrolla a su alrededor, en mi caso Raquel Hoyos, Fernanda Paredes e Isabel Gutiérrez, mujeres empoderadas y estudiantes de la maestría en Género y Estudios Feministas de la BUAP, junto con las compañeras de clase, me revelaron que el cuerpo de la mujer sólo pertenece a quien lo habita, por lo tanto sólo nosotras podemos decidir y hablar sobre éste.
