Ahora que los líderes del PRI –locales y nacionales– afirman con vehemencia que su partido no tendrá ninguna actitud de “sumisión” con el gobierno estatal encabezado por Rafael Moreno Valle, que ahora adoptarán posturas críticas e independientes y que ahora andan engallados con sus festejos de 85 años, vale la pena intentar entender el porqué de tales declaraciones. ¿No?
Porque lo anterior significaría que en tiempos pasados, los priistas habrían tenido actitudes sumisas y de entrega dócil a los designios que venían de Casa Puebla.
Entonces, pues qué bueno que los líderes del tricolor ahora se acuerden de que son un partido de oposición porque hasta hace unos días eran una caricatura de partido que le aprobó absolutamente todo a Rafael Moreno Valle. Ojalá que su nueva combativa y valiente postura sea en serio, no una balandronada coyuntural.
Y no lo digo por los ocho que son diputados del PRI en la Legislatura local, con una aplanadora morenovallista que insulta y que no dejará pasar absolutamente nada que moleste o afecte al gobierno estatal, por más que los tricolores berreen.
No. Me refiero a los pobres nuevos alcaldes del PRI, que hoy están más que sujetos a las órdenes de los secretarios del gobierno del estado. Y que por modificaciones a la ley, hoy tienen que pasar por la autorización de la Contraloría hasta cuando compren lápices o Pinol para los excusados.
Digo, todos sabemos que hay alcalditos que son bastante bribones y ratonzuelos, y que quieren hacer negocio hasta con las tumbas del Panteón Municipal. Pero el otro lado del exceso es que hoy, un presidente municipal que sí quiera hacer obras o beneficiar a su pueblo está más que controlado por el gobierno del estado y la Contraloría, quienes le impondrán a constructoras o cualquier empresa que se quiera contratar.
Y si un Alcalde se pone valiente y no acepta, pues entonces viene la amenaza y se le recuerda que el próximo año se verán las caras con la Contraloría en la aprobación de su cuenta pública. Y eso los tiene literalmente aterrados.
Lo peor para los noveles presidentes municipales es que no están enterados que hay una bola de fondos federales que no tiene que pasar por la autorización, el humor o las amenazas del gobierno estatal porque la mayoría de ellos no tiene preparación alguna y por eso abusan de su ignorancia culpable, en este caso.
Entonces, volviendo al tema original. He escuchado a muchos priistas blofear de que “ahora sí el gobierno federal va a tomar cartas en el asunto Puebla” y que “ahora sí vendrán fondos federales para los municipios tricolores” y que “ahora sí… bla, bla, bla”.
Pero quiero ver si como roncan, duermen.