Son suficientes las evidencias de que en el actual gobierno federal, en términos de comunicación, se faltaron a los criterios que AMLO señaló como rectores de su gobierno; no mentir, no robar y no traicionar y todos los voceros sean funcionarios o simple paleros repiten como el perico esta triple expresión para destacar el supuesto valor del ejercicio transformador de la presente administración.
Cuando en las mañaneras que por suerte están a punto de desaparecer, algún comunicador, reportero o analista tenía la suerte de pasar el filtro de los reporteros a modo que sembraban preguntas programadas para dar pie a las respuestas la mayoría falsas o maquilladas a conveniencia y hacía una pregunta incómoda o bien documentada en cifras y datos oficiales o investigados con veracidad y profesionalismo, se hizo famosa la negativa del presidente a acepar la realidad argumentando que él tenía otros datos, nunca expresados y menos documentados con lo cual daba vuelta al página.
Hace unos días un reportero le cuestionó el costo de la refinería de Dos Bocas, la cual se dijo inicialmente costaría 8 millones de dólares y van gastados hasta el momento 16 millones sin resultados, según cifras del secretario de Hacienda.
En respuesta el presidente insiste que eso lo dicen los conservadores y adversarios de su gobierno y argumenta otra cosa que nada tiene que ver con la cantidad al doble del presupuesto gastados al presentar ejemplos de refinerías de otros países que según él costarían más que Dos Bocas; le preguntan por peras y responde con naranjas, sus otros datos. Igual pasa cuando le preguntan sobre a quién se ha responsabilizado por el robo de 16 mil millones de Segalmex, que hasta le fecha ha quedado impune y sin explicación y siempre evade la respuesta porque lo tendría que admitir como uno de los ejemplos de la corrupción en su gobierno que desmiente también su lema de no mentir y no robar y sí cumple el de no traicionar a sus compinches.
Desde luego que no es novedad lo que escribo, me diría alguien para que dices lo que ya sabemos si está a la vista de todos; cierto menos para los enajenados que son incapaces de reconocer estos y otros fracasos de la administración, como la atención a la pandemia que produjo 300 mil muertes que se pudieron evitar. ¿quieren otro piso de lo mismo? Salió más caro el caldo que las albóndigas.