En tanto las “agencias de competencia” que son las facciones al interior de los partidos políticos (Belloni y Beller,1976) se aprestan a acelerar el paso en su lucha interna por definir a las personas que finalmente se harán de las preciadas candidaturas de sus respectivos partidos; otra tendencia de acción colectiva con fuerza propia de tiempo atrás, ciertamente se perfilará para aprovechar esa fugaz ventana de oportunidad que se abrirá durante el periodo formal de las campañas políticas: me refiero al cúmulo de reivindicaciones y exigencias sociales que configuran hoy el amplio abanico de problemáticas en espera de ser consideradas entre las prioridades que conformarán las agendas de los siguientes gobiernos (Kingdon, 1995).
Por mucho una de las principales exigencias sociales que calará hondo en el debate político del proceso electoral en marcha, definitivamente tiene que ver con el ambiente de inseguridad y violencias generalizadas que padecen no pocos mexicanos a lo largo y ancho del territorio nacional. El reconocimiento de estas problemáticas que padece el país debe hacerse desde la insuficiencia de los recursos gubernamentales para acometer sus múltiples desafíos. Aquí radica lo más valioso del Acuerdo Ciudadano por la Paz en México que se dio a conocer durante el encuentro nacional por la paz realizado en la ciudad de Puebla durante la semana pasada: la construcción de la paz es tarea compartida por todos.
De ahí que ante la insuficiencia del gobierno como condición de entrada, la convocatoria emitida buscar hacer de la reconciliación nacional y la reconstrucción de la paz tareas compartidas a las que puntualmente podemos sumarnos a través de alguna de las catorce acciones específicas que animan la ruta hacia la conformación de la Red Nacional de Paz a la que hemos sido convocados y que busca privilegiar el diálogo, erradicar la indiferencia y adoptar los principios de cultura del cuidado comenzando por la empatía y solidaridad hacia las víctimas: “porque el dolor de una debe ser el dolor de todos” (Acuerdo Ciudadano por la Paz en México). Ni más ni menos es lo que se espera de las y los candidatos a cargos de elección popular. Veremos.