La semana pasada tuve oportunidad de participar en el foro “Las lecciones del covid-19: Jalisco durante y después de la pandemia” organizado a instancias de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Guadalajara y durante su tercera jornada de trabajo dedicada a imaginar el futuro tuve oportunidad de presentar la colaboración editorial que preparé a finales del año pasado con algunas reflexiones acerca del papel de los gobiernos municipales de Jalisco frente a la pandemia con miras a identificar algunas lecciones probables para el futuro.
En dicha colaboración planteo básicamente un cambio de mirada sobre lo que se ha venido realizando durante el prolongado periodo en el que hemos venido experimentando las consecuencias de medidas extraordinarias en materia de salud pública. En concreto, retomo el concepto de “tácticas de política” sugerido por dos buenos amigos y colegas definido en términos de “pequeños ajustes en el diseño de la política que son promovidos durante el proceso de implementación con la finalidad de incrementar la eficacia de acuerdo con los objetivos definidos por la política pública” (Meza y Moreno, 2020).
Ciertamente al compartir su misma naturaleza y sentido bélico, la táctica suele confundirse con estrategia. Más allá de la precisión que apunté durante mi intervención, en el sentido de que la estrategia alude a la intención de una acción pública en tanto que las tácticas se circunscriben a los medios para lograr tal propósito; lo cierto es que también nos encontramos en un momento crucial que marcará la evolución de la pandemia en Jalisco en el corto plazo: la competencia político-electoral que definirá el futuro de los 125 gobiernos municipales.
Por ello, resulta imprescindible que los ciudadanos nos mantengamos claros respecto al propósito común de superar la coyuntura y recuperar las condiciones de salud pública que favorezcan el retorno seguro a nuestras actividades productivas y de convivencia social, sin perder de vista los comportamientos de los servidores públicos municipales movidos más por tácticas propias de una cultura política clientelar que por el interés superior de la vida y la salud.