Había imaginado esta colaboración dedicada a la materia electoral que ha ocupado las conversaciones y preocupaciones de muchos mexicanos en los últimos días; sin embargo, con el ánimo de no contribuir a ese sentimiento colectivo de ser el país del proceso electoral permanente (Augusto Chacón Dixit); decidí mudar a ese otro asunto público más desafiante como lo es la seguridad ciudadana. La razón de tal cambio obedece al reciente ejercicio de rendición de cuentas que llevó a cabo la presidencia del Consejo Ciudadano de Seguridad, a través del informe de actividades de ese organismo instituido por el gobierno de Jalisco para coadyuvar a la gobernanza pública en la materia.
En contraste con la permanencia mediática de la materia electoral, que se expresa lo mismo a través de los titulares a ocho columnas que en los muy diversos espacios de opinión pública, la seguridad ciudadana suele pasar inadvertida. Basta con leer los diarios, escuchar las noticias o repasar cualquier otra fuente de información, para caer en cuenta que en el amplio espectro de lo que solemos llamar seguridad, son los asuntos vinculados con la Seguridad Nacional -que tiene que ver con la defensa del Estado- o la Seguridad Pública -referida a la acción del gobierno-, los que llaman la atención de los medios. En contraste, la seguridad ciudadana suele no ser noticia, pese a ser el ámbito de seguridad donde se experimentan más cambios y aprendizajes cívicos.
A tono con la primavera, la renovación es la impronta que marca la coyuntura del referido informe de actividades: que se comenzó con el cambio en su presidencia ocurrido a inicios del año, se continuó con la publicación en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco de la reforma legal -ciertamente mejor pensada que la del “Plan B”, por cierto- por la que el organismo se readscribe administrativamente a la Secretaría General de Gobierno, y se refuerza por el ánimo de quienes integramos el Pleno del Consejo, para remontar el ambiente de desconfianza a través de puentes de entendimiento, colaboración y exigencia de justicia frente a los desafíos que impone la cruda realidad para recuperar la seguridad y la paz social.