Exageran en su propaganda quienes afirman que la elección del próximo domingo implica optar entre democracia y autoritarismo. Cuando se presentan como extremas circunstancias que no lo son, suelen extraviarse los verdaderos dilemas.
La definición fundamental del próximo 2 de junio es el grado de pluralidad que se expresará en el conjunto de los más de 21 mil cargos en disputa.
Puesto en otros términos, el equilibrio entre pesos y contrapesos que sostendrá el régimen político mexicano después del 2 de julio.
Claudia Sheinbaum ha venido haciendo campaña estos últimos días en contra del voto cruzado. El llamado plan C quiere que los votantes de Morena no desperdicien una sola papeleta en la oposición.
De su lado, Xóchitl Gálvez ha radicalizado también el discurso, exactamente con el mismo propósito, evitar que sus votantes se distraigan dispersando sus voluntades.
No toca, sin embargo, a los partidos y sus candidaturas mostrar la realidad en juego, sino aquella que les convendría una vez que termine este ejercicio democrático.
Claro que Morena quisiera una votación tan copiosa como la popularidad del presidente López Obrador. Lo mismo estarían buscando sus adversarios, que el rechazo a la cuarta transformación les permitiera rebasar en la contienda.
Sin embargo, lo que va a definirse es el tamaño real de las opciones políticas.
Además de la Presidencia, serán muy relevantes los resultados que se obtengan en las nueve elecciones para gubernatura, así como en las alcaldías más relevantes y los congresos locales.
Si el voto popular pinta el país de varios colores, el federalismo mexicano será un contrapeso fundamental al poder central. De ahí que resulte importante que, a estas alturas, seis de las nueve elecciones locales para definir poder Ejecutivo estén mostrando números muy cerrados.
También será clave el resultado en las elecciones para el Congreso de la Unión. Mientras el oficialismo ha hecho campaña para ganar la mayoría constitucional (66%), la oposición apuesta por arrebatarle la mayoría simple que hoy tienen Morena y sus aliados.
Zoom: la decisión más sensata de quien acuda a las urnas es determinar si votará para entregarle todo el poder a una sola fuerza o si lo hará para equilibrar a ese poder. Es un dilema demasiado grave como para tomárselo a la ligera.