Política

Un Estado paralelo

  • Opinión fundada
  • Un Estado paralelo
  • Ricardo Corona

Hace un par de días circuló la nota de un proyecto liderado por Peter Gorham, científico de la Universidad de Hawái. En ella, se revelaron indicios de la existencia de un universo paralelo al que conocemos, sujeto a leyes de la física contrarias a las que rigen en la tierra y en el cual el tiempo avanzaría en reversa. Al poco tiempo de que las redes enloquecieran con la noticia, el líder del proyecto salió a desmentir, con evidencia en mano, la incorrecta interpretación de información generada por un radiotelescopio de detección de rayos cósmicos desde un globo que orbita sobre la Antártida.

Más allá de la veracidad de la nota y la expectativa de mucha gente por conocer el siguiente gran momento de cambio de paradigma en la ciencia, tal y como sucedió con una tierra plana o planetas girando a su alrededor, se reitera una de las grandes virtudes de la ciencia: la posibilidad de agotar cuantas veces se requiera todos los elementos disponibles para verificar o refutar cualquier hipótesis. Si existiera algún radiotelescopio para que, como en el caso de la Antártida se pudiera analizar desde un plano superior el comportamiento del Estado, el mexicano, por ejemplo, en principio podríamos debatir con el Dr. Gorham. Contaríamos con evidencia suficiente para afirmar la existencia de un Estado paralelo a la ciudadanía, contrario a las leyes que lo rigen y en el que el tiempo parece ir en reversa a lo que viven las personas. Por citar algunos ejemplos, se mostraría que mientras hay personas dispuestas a desarrollar energías de última generación, hay un Estado que regresa a las energías fósiles; mientras la ciudadanía vive elevados niveles de inseguridad, el Estado reporta que todo está mejor; mientras que los negocios son afectados por una pandemia sin precedentes, el Estado reporta el apoyo que se les está brindando; mientras la iniciativa privada apoya con la improvisación de hospitales ambulatorios y compra de insumos médicos, el Estado reporta que cuenta con capacidad hospitalaria y de insumos médicos; mientras existen expertos en economía, derecho, ingeniería y todas aquellas disciplinas necesarias para una correcta toma de decisiones, el Estado los desestima por tratarse de algo no tan complicado; o mientras que no hay tregua para funerarias y crematorios por la sobre demanda, el Estado reporta diariamente una curva de defunciones que se va aplanando.

Tal y como ha sucedido con el supuesto universo paralelo, en el caso de ese Estado mexicano paralelo también se trata de una incorrecta interpretación de necesidades en materias de reactivación económica, mercado laboral, justicia, educación y todas aquellas áreas indispensables para superar una contingencia de dimensiones superlativas. Para desmentirla, basta con recurrir a la evidencia del poder, organización y la capacidad que, por cierto, cada vez se hacen más visibles desde la ciudadanía, las empresas, la academia y todas aquellas personas que hacen un esfuerzo excepcional por sobrevivir. La pandemia sin duda no es culpa del Estado, lo ha sido incumplir las responsabilidades que como conjunto de instituciones tiene para mantener y administrar la estabilidad en los asuntos públicos. La evidencia seguirá generándose y será suficiente para que, así como sucedió con el supuesto universo paralelo, sea cuestión de tiempo para demostrar que más que un Estado paralelo, se trató también de un supuesto Estado.

ABOGADO ESPECIALISTA EN ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN MATERIA DE JUSTICIA Y ESTADO DE DERECHO
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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