Es indignante que un delincuente haya confesado de haber recibido 10 millones de dólares por parte de la empresa brasileña Odebrecht para obtener a cambio contratos millonarios de Pemex siga paseándose y mostrándose socialmente, como si no pasara nada.
La foto donde se ve a Emilio Lozoya departiendo en un lujoso restaurante chino de la Ciudad de México, tomada por la periodista Lourdes Mendoza, es el claro ejemplo de la impunidad, misma que prevalece en México ante hechos de corrupción. El hecho representa una burla para la impartición de justicia, una burla al actual gobierno de López Obrador que repite sistemáticamente que ya no hay corrupción ni impunidad, y una burla para la sociedad que sigue siendo víctima de actos que no se castigan.
Algo que huele mal es el acuerdo entre la Fiscalía y Lozoya para convertirlo en testigo protegido, ya que hasta hoy no ha entregado evidencias que impliquen directamente a “peces gordos” y solo ha jugueteado con mentiras mencionando a 70 personas, todas ellas de menor nivel, por lo que no justificaría el darle ese beneficio de testigo protegido para que libraran la cárcel él y su familia, como beneficiarios de las cuentas bancarias donde se depositaron los sobornos.
Como lo documenta Mario Maldonado en su libro Lozoya, el traidor, la Fiscalía ha tenido graves deficiencias en la averiguación, empezando porque no se ha citado a declarar al director de la empresa corruptora, quien en otros países ha declarado que los sobornos fueron para obtener contratos de Pemex para la construcción de la refinería de Tula y no para campañas políticas.
Ante la presión ejercida por la impunidad mostrada, el presidente se vio obligado a exigir a la Fiscalía que informe, respondiendo que Lozoya tiene hasta el 3 de noviembre para entregar pruebas contundentes que demuestren que fue obligado a recibir sobornos y que fueron utilizados para la campaña de Peña Nieto.
El simple hecho parece confirmar que sí existe un pacto entre AMLO y EPN, además de dejar ver el uso faccioso de una Fiscalía donde su titular busca arreglar asuntos personales, amenazar a enemigos políticos y meter a la cárcel a científicos. Pero de combate a la corrupción nada.
@RaulFriasLucio
