A partir del pasado 15 de enero se redujeron aún más los espacios para los fumadores en México, luego de la publicación de un decreto en el Diario Oficial de la Federación el pasado 16 de diciembre para reformar, modificar y derogar algunas disposiciones al reglamento de la Ley General para el Control de Tabaco. Las medidas que extienden la prohibición de fumar en lugares como terrazas, playas, estadios, centros comerciales, restaurantes, parabuses y otros, ha generado polémica especialmente entre los fumadores que argumentan violación a su derecho a decidir, mientras que comerciantes temen verse afectados por la baja en las ventas de tabaco y los restauranteros que aseguran, provocará baja de comensales.
Pero para comprender mejor el impacto de esta medida, hay que recurrir a los datos: hoy en México hay 15 millones de fumadores entre los 13 y 65 años, que consumen en promedio 7 cigarrillos al día, y gastan 236 pesos al mes, y hay otros 10 millones de fumadores pasivos por convivir con ellos. El drama comienza cuando la Secretaría de Salud reporta más de 60 mil muertes al año a consecuencia de enfermedades relacionadas con fumar, y un costo de más de 75 mil millones de pesos para el sector salud para atender las enfermedades provocadas por el tabaquismo, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública.
Hay que considerar, que en los 90’, cuando empezaron las campañas contra el tabaquismo en México, se logró reducir el consumo de cigarros hasta en un 50%, es decir, que gracias a las acciones que en su momento se tomaron, como la de crear zonas libres de humo, insertar etiquetas de advertencia en las cajetillas, prohibir la publicidad en medios masivos e incrementar los impuestos, fueron determinantes para lograr la reducción.
Los bares y restaurantes han manifestado su oposición a la medida de ampliar la prohibición a terrazas y áreas abiertas, por lo que han iniciado con amparos con el propósito de detener el impacto en sus negocios; sin embargo, en datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, son los lugares de mayor prevalencia de exposición al humo de tabaco.
El alto costo que representa al estado atender las enfermedades relacionadas al tabaco, le da la justificación al gobierno federal para tomar esta medida radical, aunque se hubiera agradecido algún tiempo para su socialización. Aquí no importa pasarse por alto la narrativa de “prohibido prohibir” que tanto se presume en las mañaneras, y que el gobierno de Jalisco las considere como medidas excesivas y desproporcionadas.
Raúl Frías