Si atendemos etimológicamente el significado del término Graffiti, encontraremos que es una palabra de origen italiano que significa inscripción o pintura anónima plasmada en paredes o muros de edificios u otros lugares públicos.
Una investigación realizada por la socióloga Cristina Pérez Mancera, de la ENEP Zaragoza, considera que los grafitis son una forma de expresión callejera que comenzaron a utilizar algunas minorías latinas en las ciudades estadounidenses hace casi tres décadas* y agrega que al igual que las conductas adoptadas por los individuos de raza canina (perros) que orinan en árboles o en el piso para señalar el territorio de su dominio, también las pandillas de jóvenes llamadas de “Chavos banda”, señalan su territorio por medio de esta expresión.
Se diferencian dos grandes grupos de creadores plásticos en la actualidad, por una parte, los artistas que se reúnen en grupos elitistas, sobre todo en grandes ciudades para manifestarse en espacios específicos (Galerías), y por otra los grupos marginales que pretenden comunicar sus imágenes creando una espontaneidad ilusoria.
En investigación de campo realizada, se encontró que este tipo de expresión responde a una necesidad de comunicar algo fundamentalmente al barrio del cual se forma parte, el mensaje va dirigido a toda la gente pero específicamente a las bandas que son quienes más necesitan de Dios. Así un “bato” (pandillero) que ha sido victimado por otros pandilleros es recordado con alguna imagen religiosa.
Según esta investigación, existen dos tipos de grafiti, el arriesgado y el seguro.
El primero, consiste en arriesgarse a plasmar el mensaje en lugares prohibidos y entre mayor dificultad presente la acción además de la belleza que se imprima en el dibujo, será mayor el prestigio que adquiere el grafitero. Por ejemplo plasmar un mensaje en un puente de gran circulación descolgándose hacia el vacío, conlleva una dificultad.
El otro tipo de grafiti se realiza en condiciones de mayor seguridad ya que va antecedido de un permiso otorgado y hasta en un espacio específicamente adecuado para ello.
En cuanto a las técnicas empleadas para su ejecución, varían según la creatividad del artífice y su capacidad adquisitiva empleándose desde brochas, gises, y latas de aerosol (los más comunes), hasta el empleo de métodos más sofisticados consistentes en dibujos realizados previamente sobre cartón para posteriormente ser trasladados a la superficie deseada.
El grafiti no tiene relación alguna, como se piensa, con el arte Pop, o Sicodélico y se acerca más a las expresiones desarrolladas por la moda Punk de los barrios bajos neoyorkinos.
Por otra parte, es plausible encontrar esta manifestación a lo largo y ancho de las ciudades ya que el **grafitero pretende principalmente usurpar, dejar su huella en un desafío a lo establecido sin embargo, es erróneo señalar a los jóvenes de las clases sociales más paupérrimas como concesionarios del estigma ya que jóvenes de otras capas de la sociedad con otros conflictos como son, la desintegración familiar o la drogadicción, frecuentemente recurren también a esta expresión.
Dice Estrella de Diego (LLAMADA EN ESPERA. El dilema de los grafitis, EL PAIS BABELIA 04 DE ABRIL DE 2015): “Hace apenas unos días, con motivo de la inauguración de su exposición en una galería australiana, el conocido y radical director de cine David Lynch despotricaba contra los males en el mundo del arte y es curioso que, junto a los recortes culturales en nombre de la austeridad mencionara los grafitis.
Los grafitis decía, han arruinado el mundo. Vas a filmar una película y tienes que empezar por pintar las paredes. Fábricas, edificios, estaciones de tren… todo está **grafiteado. En lugar de árboles hay grafitis” (…) tengo mis dudas como Linch. Sólo espero que decirlo no me coloque la etiqueta de ‘antigua’. Qué dilema.”
En lo personal, debo de reconocer, la belleza de más de alguno, sin llegar a la exageración de considerarlo sublime.
Se puede consultar en: https://www.amazon.com/DIMAXI%C3%96N-Avance-Decadencia-Arte-Spanish/dp/1549725742
* Pérez Mancera, Cristina, "Los Grafitis" y "Los Territorios Ocupados", "El Financiero", 16 de diciembre de 1997.
"El Grafiti"
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Ramón Macías Mora
Jalisco /