La estadística sobre las ejecuciones en lo que va del sexenio obradorista es una bandera más de la oposición para atacar al presidente y a su gobierno y no tanto porque les preocupen las personas y familias, realmente es para tratar de obtener algo de utilidad política y electoral, con una falsa premisa como si el problema de la inseguridad hubiera surgido en este gobierno, por eso es importante abrir el debate sobre el origen y causas de este lastre social.
Está demostrado mediática y legalmente que el gobierno panista de Felipe Calderón tuvo una actuación deliberada de apoyar al crimen organizado mediante su entonces secretario de seguridad pública federal Genaro García Luna actualmente sentenciado en Estados Unidos por delitos que tienen que ver con narcotráfico y delincuencia organizada, en esa etapa proliferaron grupos del crimen organizado por todo el país que actualmente siguen operando y acechando a la población.
Muchos de los grupos más sanguinarios surgieron en ese gobierno y otros que ya estaban crecieron y se fortalecieron, obviamente con una contraprestación al narco secretario quien era el hombre más cercano de todas las confianzas del presidente; está documentado en notas periodísticas de personajes de alto rango de la propia policía federal que le informaron y les mostraron pruebas a Calderón sobre el vínculo de García Luna con grupos del crimen organizado a lo que no solo fue omiso en indagar y verificar, sino que reprimió con cárcel y golpizas a quienes se atrevieron a hacer esos señalamientos.
Por otro lado, muchos de los integrantes de las bandas de la delincuencia organizada son jóvenes víctimas de un modelo neoliberal que les negó durante décadas a generaciones enteras de juventud las oportunidades de estudio, de trabajo, de acceso a la cultura y al deporte, los llamaron despectivamente “Ninis” que ni estudian ni trabajan como si el estudiar o trabajar se redujera a una decisión personal de cada joven y la universidad y la vida laboral estuviera al alcance de todos, aunado a ello una degradación sistemática de valores producto de una degradación social por la crisis económica derivada de tanta corrupción y saqueo.
Se mofan en sus discursos políticos descalificando esa frase de “abrazos no balazos” como si cada evento trágico donde mueren personas les diera gusto de darles material para mantener vigente su campaña de odio contra el presidente y su gobierno, cuando el significado de la frase y la estrategia están más que entendibles, regresar a las causas y origen del problema de la violencia dándoles a las familias el apoyo elemental para que niños y jóvenes puedan tener acceso a la educación y a un trabajo bien remunerado, con educación, cultura, deporte, trabajo y recreación sana cualquier comunidad tendrá resultados de armonía y paz social.
El proceso de pacificación y erradicación de la violencia no es fácil ni es rápido, son los grandes problemas que más resiente la sociedad, sin embargo, hoy a pesar de los discursos opositores de descalificación y calumnia, hay un gobierno que no pacta ni es parte del crimen organizado, y que con la estrategia de política social o de bienestar, aunado con el manejo responsable de las finanzas públicas, la política de austeridad, las grandes obras de desarrollo regional, el ataque frontal a la corrupción se estará generando gradualmente las condiciones de instaurar la seguridad y la paz en la sociedad, bajo un modelo con visión humanista.