La segunda de abril fue mala para el partido oficialista del gobierno.
Una semana desastrosa para las campañas electorales y de costo político por las polémicas reformas legislativas avaladas por la aplanadora morenista en el Congreso de la Unión.
Empezó una semana de vergüenza con el manoseo del candidato a gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila.
Se conocían las primeras imágenes del video donde se ve al candidato de Morena en un acto público de campaña violentando a una mujer al hacer tocamientos en la nalga, en un hecho machista y vulgar de abuso y acoso sexual.
Un abusador candidato, igual que Félix Salgado Macedonio, en Guerrero, acusado de violar a una menor de edad y de abusar sexualmente de otras mujeres; ambos pretenden gobernar sus respectivas entidades.
Todavía no se superaba el escándalo del manolarga de David Monreal cuando, de manera paralela, estalló otro por la denuncia contra del diputado federal de Morena, Saúl Huerta Corona.
El poblano ex priista converso a morenista fue denunciado por un menor de edad de abuso sexual, de una violación.
Morena lo defendió utilizando el fuero constitucional para que saliera libre, porque fue detenido en flagrancia.
El colmo del cinismo de ese partido con el legislador delincuente es que habiendo cometido un acto criminal, a la par emitió sus votos electrónicos a favor de la ley de hidrocarburos y por ampliar el periodo de dos años al presidente de la SCJN. Ni se excusó y ni se lo impidieron.
Qué orgullo o vergüenza (si conocen ésta última) tendrán quienes se beneficiaron de un voto legislativo para aprobar reformas legales y constitucionales, emitido por un pederasta, pedófilo, violador y abusador de niños, que había delinquido.
Imagínese, un ministro de la Corte favorecido con el voto de un legislador que un día antes había destruido la vida de un niño, abusando de él en un hotel.
Cargará el ministro con ese voto de la infamia.
Hoy se revela que Saúl Huerta Corona, el priista reclutado en Morena, tiene un largo historial de abusos a niños en el estado.
Y las feministas de "izquierda" defensoras de derechos humanos de Morena, calladas como momias, diría el clásico.
Alguien sabe de la moral en la CNHJ en ese partido gobernante. Después de favorecer a Salgado Macedonio y hacer mutis en el caso de Monreal, ya que importa la omisión en el caso Huerta.
Pablo Ruiz
