En menos de una semana se registraron dos multihomicidios con un saldo de 15 personas asesinadas, un récord trágico que pone a prueba la capacidad de respuesta del Estado.
Un acto barbarie es la acción sanguinaria de un grupo de civiles armados para ultimar a diez personas en el municipio de Atlixco, al propinarles el llamado tiro de gracia.
El fiscal Gilberto Higuera reveló que entre las personas asesinadas de la manera en que lo hicieron había dos menores de edad.
Las víctimas son integrantes de una familia presuntamente originaria del estado de Veracruz, lo que de ninguna manera borra la gravedad de los homicidios ocurridos en la ciudad sureña.
A la tragedia le siguieron las indagatorias de los agentes de investigadores de la FGE con cateos en el domicilio donde ocurrieron los crímenes, confirmándose el móvil del multiasesinato. En el lugar se hallaron diferentes tipos de droga, básculas, motocicletas usadas para su distribución con fachada de entregas rápidas de comida, vehículos automotores y otros indicios de la capacidad de comercialización de estupefacientes.
Los hechos en Atlixco tienen muchas similitudes con lo ocurrido a una familia de la junta auxiliar La Gloria, en el municipio de Ciudad Serdán, donde también en un domicilio particular fueron ultimados cinco integrantes.
Se trata de las expresiones más violentas por la manera sanguinaria y artera de cometer asesinatos masivos, pero vienen ocurriendo otros crímenes “hormiga” en la ciudad de Puebla, en municipios conurbados y en zonas como Acatzingo, Tepeaca y Huixcolotla.
No es suficiente el reconocimiento de la existencia de estos hechos como un problema creciente por su gravedad, importa hoy también cómo darle una solución integral a la problemática de la violencia ligada al narcomenudeo.
Es creciente e incontenible el consumo de drogas ilegales entre la población de 12 a 17 años, incluidas las mujeres, de acuerdo con la última encuesta del Centro de Integración Juvenil que tiene el atraso de un lustro en la actualización de las cifras de adicciones en Puebla.
Y que no salgan con que atacan las “causas” con las becas Benito Juárez y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, porque las becas juaristas la usan algunos para las “chelas”.
Pablo Ruiz
