Es vox populi el famoso “año de Hidalgo” al concluir las gestiones de gobernantes; en este caso salió la alerta de oficinas públicas y se refería a los alcaldes.
Ciertamente hay un prejuicio popular porque cuando concluyen los alcaldes sus mandatos, se llevan hasta los focos de las oficinas y no dejan ni un lápiz a los ediles entrantes.
Por fortuna hoy se tienen más herramientas contables para auditar el ejercicio presupuestal y detectar malas prácticas de algunas administraciones municipales, lo que se observa en la revisión de las cuentas públicas. Sin embargo, por alguna razón no válida, para las prácticas de la Auditoría Superior del Estado (ASE) su titular Francisco Romero Serrano utilizó las redes sociales y “reveló” presuntos desvíos.
Romero acusó a 10 ayuntamientos, sin precisar qué municipios, de desviar recursos financieros y causar un daño patrimonial por 250 millones de pesos.
En un mensaje por Twitter, informó que la malversación de fondos públicos se realizó mediante operaciones simuladas que representan un monto de 105 mdp.
“@AsePuebla: seguimos ubicando empresas que incurrieron en este tipo de delitos en complicidad con entes y municipios. En breve presentaremos más denuncias” ante la Fiscalía General del Estado.
“@AsePuebla: Esta institución también investiga a 11 empresas constructoras -propiedad de jóvenes menores a 20 años de edad- que fueron proveedoras en igual número de municipios y que signaron contratos por más de 150 millones de pesos”.
Las revelaciones a través de las redes sociales motivó pronunciamientos de los titulares de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, al calificar de “protagonismo” y falta de “sensatez” del auditor Superior del estado. Lamentablemente, los mensajes emitidos en las redes sociales por la ASE están cargados de sospechosísmo, con un tufo de mensaje siciliano a los destinatarios, entes y municipios.
En el pasado, durante el sexenio marinista, esa instancia adquirió fama por presionar a los alcaldes a “cuadrar” sus cuentas públicas para evitar investigaciones y sanciones; de acuerdo al sapo eran las pedradas.
Es un desaseo y despropósito del auditor Superior del Estado, introducir prácticas inusuales como ventilar presuntos expedientes y cuentas públicas con supuestos desvíos de recursos millonarios va contra las buenas prácticas y la credibilidad de la ASE.
Pablo Ruiz