Los periodistas, activistas y sacerdotes son blanco de la narcodelincuencia política, porque se trata de hombres y mujeres víctimas que se han convertido en la conciencia, ante la impunidad.
¡Tantos asesinatos en México!, exclamó el papa Francisco, al deplorar los crímenes de los padres jesuitas en la Sierra Tarahumara en Chihuahua.
Mayo fue el más violento en la comisión de homicidios dolosos en lo que va de este 2022, en la cuenta del gobierno de la cuarta transformación que apuesta por los abrazos con los delincuentes.
Según cifras oficiales del gobierno federal, en el quinto mes de este año fueron asesinadas 2 mil 359 personas, es decir, un promedio diario de 76. Mayo, el mes más violento.
El Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad reportó que en enero se contabilizaron 2 mil 61 asesinatos; en febrero, mil 933; marzo, 2 mil 241; y abril, con 2 mil 131.
La narcodelincuencia política, células delictivas, cárteles, bandas de huachicoleros y sicarios son quienes gobiernan pueblos, comunidades, ciudades, estados y territorios en el país.
Lo mismo son los “motonetos” que imponen el terror en ciudades como San Cristóbal de las Casas, los cárteles que toman pueblos y brechas con retenes carreteros, capos de la delincuencia que deciden candidaturas y eliminan a adversarios; extorsionan y fijan precios de los precios del limón y aguacate.
Los resultados de las estrategias, proyectos y programas, como el gobierno que los implementa, son medibles, pues de otra manera no se pueden conocer los resultados, aunque cada quien tenga sus datos.
Sería lamentable que terminando el sexenio se presente el fracaso de la estrategia en materia de seguridad pública, se endilgue al pasado y a los conservadores.
Deben demostrar el éxito de la estrategia de “abrazos y no balazos”, no solo en cifras de sangre y sepulcros, sino en haber resuelto las causas sociales del origen de la inseguridad, porque hay más pobres.
Los programas de becas Benito Juárez y Jóvenes Sembrando Futuro no han demostrado ese resultado, porque aumentan las adicciones a las drogas y la incorporación de jóvenes a la delincuencia.
Los millones de pesos en programas sociales va a los bolsillos de familias ligadas al partido Morena, que como ocurría en el PRI, son para el uso clientelar.
Pablo Ruiz
