Los “sombrerazos” de Rafael Micalco Méndez al impugnar las últimas afiliaciones al PAN solo demuestran que el líder estatal está desesperado porque ha perdido el control de su partido.
Es incomprensible que un dirigente partidista acuda al Tribunal Electoral del Estado de Puebla para cuestionar la reciente incorporación de casi 22 mil militantes.
Si Micalco presume ser el presidente del Comité Directivo Estatal debería ser el primero en presumir el dato que hace más robusto el padrón de afiliados.
Sin embargo todo indica no tiene el control del aparato burocrático de su partido porque debería estar al tanto de las nuevas afiliaciones.
El pasado fin de semana el diputado federal protagonizó una confrontación jurídica y mediática acusando al Tribunal Electoral local de desalojarlos e impedirles impugnaran los nuevos ingresos al PAN.
De acuerdo al argumento de Micalco, las 21 mil 965 personas empadronadas se realizaron en sólo dos meses. ¿Y cuál es el problema?
El conflicto radica en que el actual dirigente estatal ha sido superado por otros grupos del neo panismo que siendo gobierno les ha permitido crecer y se preparan para una nueva conducción partidista.
Al pasar el número de afiliados de 13 mil 857 a casi 22 mil, Micalco observa en la cifra la pérdida del control del partido y señala a los promotores de la afiliación como si fueran personas extrañas al PAN, cuando se trata de sus mismos correligionarios.
Seguidores de Micalco como Pablo Montiel y Víctor León Castañeda señalan a sus compañeros de partido Jorge Aguilar Chedraui y Salvador Escobedo Zoletto de estar detrás del reclutamiento, pero no exponen ningún argumento jurídico del por qué no debieron hacerlo.
Qué temor le puede tener Rafael Micalco a panistas como Patricia leal Islas, Mario Rincón González o al propio Rafael Moreno Valle, son militantes de mismo partido.
Si Micalco cree que empieza perder predominio o control del partido, esa preocupación es muy lógica en un partido político, pero fue él quien consintió tener un partido como el actual, y los partidos se renuevan, crecen y transforman.