Lo dijimos hace un año.
Y lo dijimos hace dos años.
La organización del Parque Metropolitano del Festival Internacional del Globo es un desastre. No hay seguridad. No hay medidas de Protección Civil. No hay baños suficientes. No hay orden. No hay estacionamiento. No hay señalética. No hay higiene. No hay instalación eléctrica.
Y en estos dos últimos años que el Festival hizo crisis y que lo denunciamos en Milenio, el director del Metropolitano, Daniel Olaf Gómez, se hizo pato. Se hizo el que la Virgen le hablaba y no arregló nada. El año pasado hicieron cinco o seis reuniones para arreglar los problemas y Olaf y su equipo no corrigieron la logística del Festival.
Así que ahora sí llegó el momento de actuar.
El presidente Municipal, Octavio Villasana, tomó la decisión de pedirle la organización del evento y Daniel Olaf no quiere soltar la logística. El funcionario no le hace caso al presidente, ni al Festival del Globo, y se cree dueño del evento.
Olaf y el Patronato del Metropolitano se equivocan. El presidente del Patronato, Luis Ernesto Collazo, entra en conflicto con el alcalde Octavio Villasana y con los regidores. No los respeta. Cuando es evidente que cometieron errores en la logística y eso se tiene que arreglar.
El Municipio les ofreció dejar la organización y pagarles una renta de 7 millones por el Parque Metropolitano, pero ni así quieren. Da la impresión de que hay otras razones económicas para no soltarlo. No queremos pensar que hay algún negocio por ahí. Y lo único que están ganando es que les hagan una auditoría. A ver si el Congreso del Estado pide una auditoría porque hay un uso oscuro de los ingresos y los gastos en el Metropolitano.
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