Cultura

El catador

El parco enólogo Jean Zimerman olfatea, concentrado, una copa de vino tino. Con una precisión absoluta, observa el líquido a través del cristal y mientras menea con suavidad el recipiente, se lo lleva a la boca y da un trago sustancioso. Acto seguido, pasea el brebaje por su boca durante varios segundos para enseguida escupirlo en una vasija de plata.

Con la seriedad y austeridad que caracterizan a los suizos, el catador identifica un aroma afrutado, aspecto brillante y una sensación equilibrada. Se trata de una cepa de uva sangiovese, sangre de Júpiter, producida tres años antes en 1985, al sur de Italia. Con un leve gesto de agrado, el especialista otorgó un valor extraordinario a la cosecha. Ahora los vitivinicultores están felices por su producción.

El experto sabe que ésta su la última revisión a una cosecha de uva y producción de vino, al menos de manera profesional. Acaba de recibir y aceptar una jugosa propuesta de una gran empresa de su país. La mejor oferta económica de su vida y es para catar café.

Zimerman está feliz con esta nueva meta, pero le confunde un poco la premura de la empresa para desarrollar la metodología de catar café. Además, se siente intrigado por la forma que tienen de medir los parámetros para tasar el precio del grano.

Al realizar su primer viaje a un país centroamericano, en busca de café, el enólogo despeja sus dudas. La metodología es aplicada para fijar el valor del aromático que la empresa quiere comprar a los campesinos de la región, la cual se basa en la calidad y el precio de la bolsa de valores.

Sin embargo, el monto que ofrecerá la trasnacional a los productores será siempre por debajo del precio mínimo que impone Wall Street, contrario al método de evaluación realizado durante años en el mundo del vino. Se sabe que en el sector de la cafeticultora, el catador se encarga de identificar los defectos del café, por más insignificantes que éstos sean y presionar para bajar los precios.

Sin hacer confianza a los campesinos, Jean Zimerman prueba los cafés de diferentes fincas y su gesto más que de agrado, es de un júbilo que nunca había experimentado, él mismo se extraña ante ese sentimiento. Sin embargo, recupera su seriedad y severo enlista los defectos que le vienen a la mente, los inventa, de acuerdo a las instrucciones de sus nuevos jefes.

Atónitos y decepcionados, los cafeticultores observan al catador calificar su grano. Encabronados, se enteran que la empresa les ofrece, en base a la evaluación, un precio muy por debajo de lo esperado. Los campesinos se desesperan al recordar que tienen con ellos un contrato firmado previamente. Éste les da exclusividad para la compra-venta de su producto.

Y, mientras desaparecen las esperanzas de los productores, Zimerman y sus compañeros siguen deleitándose con el mejor café que han probado en sus vidas.

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Oscar Riveroll
  • Oscar Riveroll
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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