Ha sido una semana complicada en cuestiones de género. Como hombre cisgénero (hombre cuyo género concuerda con su sexo de nacimiento) hablo desde la experiencia y la observación y puedo afirmar que ha sido una semana difícil para otros hombres cisgénero, homosexuales y heterosexuales por igual. Hablamos y pensamos desde nuestro privilegio, ese que nos cuesta trabajo ver, porque desde el primer respiro ha estado ahí, con nosotros. Queremos tomar acción, queremos dar órdenes, permisos y estar en primer plano. No entendemos que estos días lo mejor es escuchar, observar, siempre mostrar apoyo a las mujeres y en lo personal creo que necesitamos evaluarnos.
Evaluar nuestro concepto de “masculinidad” y si eso tiene que ver con fuerza física, con la poca conexión con nuestras emociones, con nuestro sentido de competencia y superioridad, entonces hay que romper con ese concepto. No es fácil, pero ahí está el arte y el entretenimiento para ayudarnos. Tan simple como poner en Google “Obra Fabián Cháirez” para exponernos a toda una aproximación distinta a la “masculinidad” que nos han inculcado. A cuerpos de hombres frágiles, expuestos, delicados, conectados con sus emociones, que mueven las manos, las piernas o la lengua como les da la gana.
También pueden buscar en Google “Moda Harry Styles” y ver como el juego de colores pastel, texturas diversas, blusas, moños, uñas pintadas y collares de perlas, son tendencia en la moda para los hombres. Pueden prender Netflix y ver No hay tiempo para la vergüenza o comenzar un maratón de RuPaul´s Drag Race para entender las nuevas “masculinidades” y después volver a quebrar ese concepto y ya no pensar en “masculino” o “femenino”, sino en individuos, con la expresión de género que mejor nos acomode en la vida. No es un camino fácil, pero hay que comenzar a emprenderlo.