Black Mirror es un proyecto al que le tengo mucho afecto y como yo, millones de personas alrededor del mundo. Las razones son muchas: la admiración por la mente de Charlie Brooker, la forma en la que tan pertinentemente lleva retratándonos desde 2011 hasta la fecha, su propuesta visual y calidad de producción. Black Mirror es una de las marcas con más prestigio en la televisión actual, es sinónimo de grandeza. Netflix tuvo el acierto de retomar el concepto y ofrecernos dos temporadas por demás emocionantes, además de un largometraje interactivo que a muchos nos voló la cabeza gracias a su interfase, perfecta, funcional.
A días del estreno de su quinta temporada, de la forma más innecesaria, Netflix decide anunciar que lanzará el concepto Little Black Mirror, 3 mini episodios inspirados en la serie para YouTube, protagonizados por algunos influencers del mundo. A la par lanzaron un avance por demás decadente (que actualmente no puede verse en la liga que publicó Netflix en su cuenta de Twitter) y que impactó a propios y extraños.
Hasta el cierre de esta columna, no se había lanzado el primer episodio prometido para el domingo. Yo solo espero que esto sea un experimento del Netflix o los responsables de Black Mirror para medir el odio en redes sociales o algo así, de lo contrario, es imperdonable que la plataforma juegue con una de sus marcas más valiosas. Hay que tener respeto.