El radicalismo nunca va a ser la mejor opción, sin embargo, vivimos en una época abrupta de imposiciones ideológicas en donde tampoco se puede ser tibio con las posturas o te invisibilizas. Siempre he pensado que el respeto, la conciliación y el diálogo definitivamente son una opción prudente que garantizan los acuerdos para el desarrollo. Cuando estuve en la Organización Mundial del Comercio como Attache Jurídica de la que en ese entonces fuera ministra de México, la Dra. Cristina Hernández (Por cierto, de las mejores jefas que he tenido y ahora una gran amiga), así como cuando fui negociadora ante la Organización Internacional del Trabajo durante varios años, me di cuenta de lo importante que era saber negociar y entender las diferentes posturas de los negociadores, tener claro hasta donde podías ceder y cuáles eran las cuestiones simplemente NO NEGOCIABLES, también era indispensable prepararse con información y estudio anticipado para conocer a los demás negociantes en la mesa, en esos foro aprendí a leer a las personas e intentar descifrar sus interés y sus cuestiones “NO NEGOCIABLES”, también entendí que para lograr eso era indispensable cambiarme de bando mentalmente e intentar ponerme en sus lugares o como decimos en México coloquialmente: “ponerme en sus zapatos”, de esta manera podía comprender la importancia y trascendencia de su lucha en esas mesas interminables de negociación.
Ahí aprendí que ni el mundo, ni las posturas, ni la verdad, ni la realidad son blancas o negras, sino más bien grises. Buscar puntos medios es lo que ayuda a lograr cerrar negociaciones, llegar a acuerdos, crear política pública exitosa, generar consensos, etc. Sin embargo, en los últimos años en México y el mundo siento que la dinámica ha cambiado bastante, nos quieren obligar a tomar posturas más radicales para no llamarnos “tibios”, el famoso ¿estás conmigo o contra mí? Y la realidad es que yo misma me he sentido así. Algunos temas son tan relevantes que requieren que uno tome postura y la defienda.
Me acaban de decir que el voto cruzado es el más sofisticado (Votar con estrategia, votar considerando qué plurinominales entrarían al congreso si votas por los partidos, pensar qué regidores entrarían en el cabildo si votas por determinado candidato o candidata, pensar en que aunque no te convenza el partido en el estado votarás en virtud de generar equilibrio en el país con gobiernos estatales de oposición a quien quede en la presidencia, etc…), me dijeron que poca gente vota así, pero la verdad es que yo creo que nos subestiman a los mexicanos y si podemos dar la sorpresa de ejercer ese voto de poder de manera pensante e inteligente pensando en el equilibrio indispensable que necesitamos exista en la administración pública.