En realidad, su verdadero nombre es Martha Patricia Martínez Barba, pero quizá actualmente nadie como ella se puede identificar tanto con la ciudad, su presente y desde luego su futuro. La buenaventura ha hecho que al Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan), llegue gente con talento, de enorme preparación y, sobre todo, de gran compromiso para llevar soluciones a una zona que muestra su intrincada diversidad de problemas. Así fue desde su inicio con Alberto Orozco, Ricardo Gutiérrez y hasta hace unos meses, un gran forjador de este instituto, Mario Silva, que emprendió por motivos personales un camino que le lleva a acometer los mismos retos en la zona metropolitana de Monterrey. Buen ojo del Gobernador para tal selección, pero, especialmente, el peso específico que da el prestigio de que Guadalajara sea la Metropoli con los instrumentos de Planeación mejor articulados y avanzados del país.
Hoy, asume en la dirección general del organismo Paty Martínez, a la que sólo restaba tomar el cargo para culminar una carrera que, como pasa escasamente entre los activistas de la ciudad, reúne méritos sobrados para pasar al campo de las acciones ejecutivas dentro de las esferas gubernamentales. “Paty Urbana” es una enamorada de las causas citadinas. Se recordará sin duda que formó parte de la resistencia ciudadana ante lo que hubiera sido uno de los más grandes errores urbanos: la construcción del viaducto elevado sobre la avenida Inglaterra y de la afamada “asamblea por la gobernanza metropolitana” que impulsó la formación del “IMEPLAN”. De ahí, su entrega la llevó a ser llamada a ocupar cargos en el municipio de Guadalajara y en el Gobierno del Estado, en los que siempre ha dejado huella. Ante su nueva responsabilidad, Paty confronta el desafío de una institución de la que habrán de surgir planes y programas para atender las necesidades de una cada vez más desbordada metrópoli en la que, como ella misma lo apunta, solamente la coordinación y la conciliación pueden ser capaces de alcanzar metas palpables.
En su toma de protesta, Martha Patricia marcó las líneas generales de la política que aplicará en los temas fundamentales del AMG y cada uno de sus municipios. Sin embargo, su objetivo es más que contundente al aseverar que lo que se trata no es solamente de fungir como un organismo técnico de apoyo sino de, a la vez, llegar a conclusiones en las que nunca debe escapar un fin primordial: mejorar la vida de sus habitantes.
Hace muchos años que conozco a Paty, desde su tiempo de activismo y la verdad no me queda sombra de duda de lo ansiosa que estará ya por poner en marcha lo que en su mente se ha acumulado durante los aproximadamente quince años que de una manera u otra ha estado conectada con los asuntos metropolitanos. Luchadora incansable, ha sabido levantar la voz ante cualquier desorden y acción que menoscabe los valores primordiales de la ciudad. La madurez que le ha otorgado los distintos cargos públicos en contraste con su activismo la llevan a mesurarse para lograr avances tangibles, tomar desiciones entre la lucha de su esencia e idealismo y lo que es posible, considerando la realidad así como los recursos reales con los que se cuenta. Funcionaria, capaz, trascendente, innovadora, ecuánime y con preocupaciones en varios aspectos que considera impostergables, como son la resiliencia hídrica y las acciones climáticas.
Por sabido se da que Guadalajara y su conurbación cada vez sufre más el embate auspiciado por su propio crecimiento. Cualquiera de nosotros tiene conciencia de lo que sucedería si permitimos que el control de la metrópoli se nos vaya totalmente de las manos. Lo vemos a diario, como en la movilidad, la calidad del aire, la basura o en tantos otros de los problemas que nos aquejan. Además, no hay que olvidar que, en la búsqueda de soluciones conjuntas entre municipios, no dejan de estar presentes factores que, sin embargo, hasta ahora no han tenido efecto claramente negativo, como el político. Pero incluso de manera natural cada localidad tiene su perspectiva particular y de ahí que Paty tenga más que razón en cuanto a que es hora de que nos convenzamos de que en la ciudad no existen los límites y que resulta primordial contemplarla como un todo, al margen de otros criterios o intereses.
Como un enamorado más de la gestión urbana, este columnista, además, ve en la nueva directora de Imeplan un mejor porvenir para el más equilibrado y justo desarrollo de la gran metrópoli. Y añadiríamos un elemento más que en particular sobresale a la vista de todos. Para la nueva directora del instituto se trata de un colosal reto que sacará adelante pero que además la nutre su calidad de esposa y madre. A sus cualidades como técnica y funcionaria, hay como esta, virtudes que enriquecen a “Patricia Urbana”, como la de imprimir en su vida y en sus tareas, el verdadero sentido humano, aspiración a la que, como habitantes de la ciudad metropolitana, buscamos todos aquí respirar por siempre.
Miguel Zárate Hernández
Twitter: @MiguelZarateH