Las autoridades sanitarias en el estado, y las municipales, propiciaron la reapertura económica al autorizar la incorporación de nuevos sectores productivos, siempre y cuando respetaran los protocolos establecidos.
La principal condición tiene que ver con el número de personas permitidas en establecimientos cerrados, que oscila entre el 25 y el 30 por ciento de su capacidad, a fin de garantizar la sana distancia.
Sin embargo, la vigilancia se ha vuelto estricta con algunos negocios, y muy laxa con giros donde expenden bebidas alcohólicas, permitiéndoles operar sin control en cuanto a horarios y sobre todo en el cupo.
Para muestra están algunos bares disfrazados de restaurantes en el centro de Monterrey, los cuales trabajan ante la complacencia o contubernio, habría que investigar, de las autoridades municipales y estatales, en franco desafío a los reglamentos y a las normas de salud.
Si realmente quieren salvaguardar la integridad de la gente ante la pandemia de covid-19, deberían “medir con la misma vara” a los antros y cantinas cercanos a la Central de Autobuses que violan horarios y nadie los denuncia.
Así como andan cerrando establecimientos, o negocios que exceden las normas permitidas, cosa que está bien siempre y cuando se compruebe, de igual manera deben darse una vuelta por cantinas y tugurios que impunemente funcionan hasta la madrugada.
Acaso no saben, o se hacen de la vista gorda con bares como El Junior, o Julios, por mencionar algunos, que sin restricción alguna aceptan clientes sin medir los niveles de temperatura o la aplicación del gel antibacterial y, peor aún, cambiando el giro.
En el primer cuadro de la ciudad existen decenas de lugares con venta de alcohol y presencia de mujeres, pero nadie actúa. Es tan fácil como darse una vuelta y podrán corroborarlo.
¿Acaso tendrá algo que ver este descuido de las autoridades municipales y estatales con el aumento de casos o de fallecimientos durante el mes de agosto? Es una pregunta que el doctor Manuel de la O está obligado a responder.
Si quieren de una vez por todas aplanar la curva de contagios, deberán ser más cuidadosos y presionar para que todos cumplan la ley, porque como dice el refrán: lo que no es parejo, es chipotudo.