De acuerdo con el estudio Global Burden of Disease, que se traduce como “la carga mundial de la enfermedad”, publicado por la revista médica Lancet, revela que la contaminación del aire exterior es responsable de 3.4 millones de muertes prematuras al año en el mundo (Our World in Data 2021).
La señala como un factor de riesgo para varias de las principales causas de muerte en el mundo, incluidos accidentes cerebro-vasculares, enfermedades cardiacas, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, como el asma. Esto es tres veces más que el número de muertes por VIH-sida y más de ocho veces el número de homicidios.
Habrá quienes en su ignorancia digan, ¿eso qué tiene que ver con México? O peor aún, con Monterrey. Pues mucho, porque la zona metropolitana es una de las más contaminadas en el país.
Al ser una capital industrial, los procesos de las empresas generan toneladas de gases y desechos. A eso hay que agregar los más de 3 millones de vehículos que circulan en nuestras calles y avenidas. Por si fuera poco, las pedreras que nos rodean, asfixian a millones de personas que vivimos en la zona.
Por esa razón, la Organización Mundial de la Salud llama a la contaminación del aire exterior como “el mayor riesgo para la salud en el mundo”. Esta es la radiografía de una metrópoli como la nuestra, aunque muy pocos políticos quieran hablar del tema.
Tal vez por eso me llamó poderosamente la atención que el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, esté preocupado por la situación del medio ambiente, y haya decidido viajar a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), a celebrarse en Glasgow, Escocia.
El joven edil dijo que su objetivo principal es el de establecer nuevos objetivos con el fin de reducir emisiones de la quema de carbón, petróleo y el gas “que están acabándose el planeta” (milenio.com, 28 de octubre).
Aunque puede sonar descabellado, considera urgente decretar la emergencia climática para la ciudad de Monterrey, pero además buscar financiamiento para realizar proyectos a fin de consolidar el sistema de parques y bosques urbanos. Se necesitan más acciones como las de Luis Donaldo.
Miguel Ángel Vargas