Desde hace más de un año los estudiantes en todo el país toman clases a distancia por la pandemia. La pregunta obligada es ¿cuándo deben regresar las clases presenciales?
En Nuevo León, este lunes retornaron más de un millón de alumnos de educación básica, tras el periodo vacacional de Semana Santa.
Los expertos aseguran que el desgaste emocional ha sido mayúsculo, y por ello consideran urgente volver a los planteles escolares.
Sin embargo, las autoridades sanitarias a nivel federal han dicho que eso dependerá del “semáforo epidemiológico” en cada entidad.
En nuestro estado, la Secretaría de Salud ya autorizó el ingreso a estadios, bares, negocios y eventos masivos con capacidad del 20 por ciento.
Desde hace algunas semanas, el número de contagios sigue a la baja, por lo que la tendencia es favorable, aunque tampoco nos podemos confiar.
Por esa razón las actividades económicas comenzaron a reactivarse, lo cual sin duda es una buena señal para salir de la parálisis que trajo consigo el covid-19.
El problema es la falta de responsabilidad de los ciudadanos que, a las primeras de cambio, actuamos como si la emergencia sanitaria ya no existiera.
La muestra más clara son las campañas políticas. Este fin de semana, los priistas regresaron a sus viejas prácticas de acarreo sin cuidar los protocolos.
La visita del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, fue motivo suficiente para que imperara el desorden y pusieran en riesgo a sus militantes.
De seguir con esas conductas irresponsables, lo más probable es que el coronavirus de nueva cuenta ponga de cabeza la infraestructura de salud.
Por eso en estos momentos es impensable el regreso a las clases presenciales, o al menos nadie se atrevería a poner en riesgo la salud de sus hijos.
Si a eso le agregamos el pésimo estado en el que seguramente se encuentran los 6 mil 263 centros escolares, pensar en la “nueva normalidad” parece lejos. _
Miguel Ángel Vargas
