Recuerdo que a principios de la segunda década del siglo 21 se dio la primera incursión de la Marina Armada de México en territorio seco y fue en Nuevo León, cuando una encarnizada guerra entre al menos cinco grupos delictivos tenía a este estado fronterizo del noreste del país en una situación de violencia muy similar, si no es que más grave que la que hoy vive Guanajuato.
La llegada de las tropas de la Marina a aquel estado fue vista como la gran oportunidad de hacer un frente real al poder corruptor y de fuego que tenían estos grupos delincuenciales entre los que se encontraban los cárteles de, Sinaloa, El Golfo, Los Zetas, los Beltrán Leyva y en menor medida La Familia MIchoacana que disputaban las rutas de trasiego de droga hacia Tamaulipas y de ahí a los Estados Unidos.
En ese entonces se alababa el trabajo de inteligencia realizado por esta prestigiosa fuerza, ligada a una percepción de incorruptibilidad elevada por parte de los ciudadanos quienes siempre vieron en la Marina un cuerpo de respeto y de alta distinción, que lo mismo capturaba cabecillas de estos grupos delictivos, gozando de la confianza de empresarios y autoridades, que tomaba a petición de los municipios el control de la seguridad pública para limpiar las corporaciones municipales de malos elementos.
Mi experiencia por aquellos años respecto a la labor de los marinos, fue la de muchos ciudadanos, un grupo de alta efectividad en el combate al crimen organizado y de gran sensibilidad a la hora de asumir funciones de seguridad pública, que contribuyeron en su momento a devolver a Nuevo León los niveles de paz necesarios para reducir la percepción de inseguridad derivada de la violencia generada por los grupos homicidas de estos cárteles de la droga.
La esperanza se extendió a todo el país donde se vieron resultados importantes, todavía al inicio de la administración del Presidente López Obrador en Guanajuato la Marina tenía un papel importante en el combate a grupos de la delincuencia organizada, realizando importantes hallazgos y detenciones, sin embargo de repente todo cambió.
Hoy la Marina volvió al mar, dejando tras de sí esa estela de desempeño positivo frente al combate a la delincuencia organizada… ¿Cuál es el propósito de esta decisión? no quisiera imaginarme lo peor.
Miguel Ángel Puértolas