“¡Dijo que sí!...¡Dijo que sí!”
México estaba por dar un giro en su historia, la zozobra reinante como en cada proceso electoral desde la famosa “caída del sistema” y luego del magnicidio del candidato a la presidencia del PRI en 1994, Luis Donaldo Colosio, mantenían el fantasma del fraude electoral que terminaría de nuevo con el partido reinante en la presidencia de nuestro país.
Las campañas por ocupar la silla presidencial aquel año dos mil sin duda fueron únicas e irrepetibles, el Partido Revolucionario Institucional llegaba como nunca débil a la contienda con un candidato que parecía cargar con la pesada lápida de la corrupción y el hartazgo de los ciudadanos, enfrentándose en ese entonces a un panista que se mostraba como un hombre bragado de campo, dispuesto a todo con tal de sacar al PRI de los Pinos.
La mañana del domingo 2 de julio del año 2000, la jornada electoral inició sin contratiempos, en ese entonces era el proceso más vigilado en la historia y la concurrencia en las urnas era bastante fluída con miles de mexicanos que acudían con la esperanza de que valiera su voto y se diera el cambio.
Al cierre de la jornada yo me encontraba en el edificio central del INE y al ver con sorpresa el contundente resultado presentado en las pantallas del PREP, le dije a mi jefa que tenía que moverme al CEN del PAN, pues Fox iba que volaba para el triunfo. Me desplacé del INE al CEN panista y al intentar ingresar no me lo permitieron por no contar con acreditación ¡no me podía perder ese momento histórico! me colé con un equipo de CNN que llegó a entrevistar a Fox.
Ya dentro en las pantallas puestas en el salón principal sucedió lo impensable en ese momento, el Presidente de México, Ernesto Zedillo, salió a reconocer el triunfo de Fox y los gritos de júbilo y el llanto de jóvenes y ancianos se hizo presente de inmediato. Un hombre de unos 70 años al oír al Presidente estalló en llanto y lo único que atinó a decir fue “¡Dijo que sí!...¡Dijo que sí!”
Ser testigo de la historia es un privilegio que me ha dado mi recorrido por esta noble profesión.
Así se inició una revolución social que dio inicio a la alternancia en el poder… lo demás es historia, no muy grata de contar por cierto.
Miguel Ángel Puértolas[email protected]