Política

Seguridad como propaganda política

Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017, prometió “recuperar el control” frente a enemigos que, según él, ponían en jaque la seguridad de Estados Unidos. Desde entonces, su estrategia tuvo un hilo conductor: convertir la seguridad en espectáculo político.

Trump ha mantenido bajo los reflectores a México y los cárteles fueron presentados como la fuente del mal: drogas, violencia y por supuesto migrantes. La administración presionó con extradiciones masivas de capos, sanciones financieras contra redes criminales e incluso con la amenaza, hasta hoy no concretada, de designar a los cárteles como organizaciones terroristas.

 El caso del general Salvador Cienfuegos, arrestado en 2020 en Los Ángeles bajo cargos de vínculos con el narcotráfico, fue ejemplo claro: un golpe mediático que generó titulares y tensiones diplomáticas, pero terminó en nada cuando Estados Unidos retiró los cargos tras la presión del gobierno mexicano. La persecución a narcos y políticos fue, en muchos sentidos, una herramienta de propaganda: más útil para proyectar fortaleza que para reducir la violencia o el tráfico de drogas.

Y es que el presidente estadunidense ha sido especialista como muchos líderes en señalar culpables pero da la casualidad que hasta hoy no se ha hablado de ningún capo norteamericano ni cárteles de aquel país asociados a los grupos de la delincuencia organizada transnacional como si no existieran.

Trump convirtió la seguridad en una narrativa electoral. La DEA, el Departamento de Justicia y el Pentágono fueron parte de un guion diseñado para mostrar músculo ante votantes conservadores, más que para resolver de fondo problemas como la epidemia de opioides o la violencia transnacional.

 El resultado fue un legado ambiguo, golpes espectaculares pero poco duraderos contra el crimen organizado, tensiones diplomáticas con México y un país dividido tras el uso político del Ejército y la Guardia Nacional.

 La verdad detrás de la persecución a narcos y políticos, al igual que del despliegue militar en ciudades estadounidenses, es que ambas fueron piezas de un mismo teatro: la escenificación de Trump como el único capaz de garantizar “ley y orden”.

 Y si hacemos una comparativa, el show se ha repetido en México, primero con la necesidad de sacar a las fuerzas armadas para enfrentar al crimen organizado en la famosa “guerra contra el narco” de Felipe Calderón , hasta el “abrazos no balazos” de Andrés López Obrador.

 Al final los principales afectados de la tragicomedia “política e inseguridad” somos los ciudadanos.


Google news logo
Síguenos en
Miguel Ángel Puértolas
  • Miguel Ángel Puértolas
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.