¿Qué gana el gobierno mexicano llevando el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” a la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos? Me parece con estos anuncios que el canciller Marcelo Ebrard sólo busca el reflector.
Y me parece una muy mala idea que un programa que no ha mostrado un solo resultado positivo en nuestro país, que ha sido uno de los más señalados por los órganos fiscalizadores ante la poca medición de su inexistencia de metas, frente a la gran cantidad de dinero que se desembolsa, ahora lo pretendan exportar como un modelo de éxito.
Un programa asistencialista que en definitiva sólo ha terminado por dilapidar recursos necesarios para atender otras prioridades, no estoy en contra, aclaro, que se apoye a los jóvenes, pero no con dádivas sino con programas que les permitan capacitarse, y en efecto construir un futuro prometedor basados en el conocimiento y la oportunidad de acceso al emprendimiento y a una vida laboral bien remunerada.
Además, querer llevar un programa así a Estados Unidos, donde los apoyos a jóvenes emprendedores y con necesidades, son muy superiores a lo que este programa ofrece, deja sin razón el anuncio, pero aún más, si éstos jóvenes de origen mexicano no están en nuestro país es justo porque en México ni ellos ni sus familias encontraron esas herramientas necesarias para construir el futuro. Peor aún, la migración en especial de zonas rurales del país no ha cesado, poblaciones fantasma se cuentan por cientos y son el reflejo de que muchos jóvenes siguen sin encontrar el camino por el cual puedan forjarse un futuro con certidumbre y ven en la migración una escuela legada por padres y hermanos que emprendieron la huída ante esa falta de oportunidad.
Desafortunadamente se quiere construir un futuro, insisto, sólo mediante dádivas que en el peor de los casos buscan el voto de los migrantes en el extranjero, mientras en México existen políticos de una clase que solo se dedica a destruir el presente.
Miguel Ángel Puértolas