Para nadie era desconocido el interescuadras que protagonizaban en el gabinete del Presidente López Obrador, el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, y el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, disputa sobre la que los reflectores se posaron permanentemente.
Hoy se ventilan dos asuntos, seguramente filtrados por personas afines a ambos personajes en los que se da cuenta de investigaciones y denuncias por presunto enriquecimiento inexplicable de ambos funcionarios, que deja mal parado el discurso de la actual administración federal de austeridad y de vivir en la justa medianía que da el dedicarse al servicio del pueblo.
Más allá del escándalo que representan las cifras multimillonarias que se manejan en ambas situaciones, este, sin duda, es otro duro golpe al discurso de combate a la corrupción sobre todo porque los personajes aquí mencionados son pieza clave en donde no puede haber duda a la menor sospecha de incurrir en actos siquiera cuestionables.
Recordar lo que sucedió a Nieto Castillo, a quien se le invitó a salir por la puerta de atrás de la manera más decorosa posible, luego de una serie de hechos que circundaron a su boda, desde algunos invitados incómodos por la cercanía del funcionario con el presidente, un dinero no explicado y lo que al final arguyeron como fue la ostentosidad de su boda.
La pregunta del millón es ¿sucederá lo mismo con Alejandro Gertz, ahora que la UIF es encabezada por un personaje reconocido por su dureza como lo es Pablo Gómez? ¿Será que se le invitará a salir de la FGR de la misma manera que a Santiago Nieto de la UIF? Pero lo más importante tal vez es cuestionar si ¿realmente en ambos casos se llegará a las últimas consecuencias? O será otro de tantos asuntos que pondrán debajo del tapete.
Con todas estas situaciones, queda claro que no se ha barrido suficientemente bien las escaleras del poder como se ha prometido desde el inicio de la administración, urge tomar cartas en el asunto de lo contrario, seguirán apareciendo dos tipos de funcionarios los dizque austeros y aquellos que no disfrazan la opulencia no deseada por la cuarta transformación.