Imaginemos por un momento que el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación actuaran al compás que les marcara el Ejecutivo, como así parece suceder con la mayoría en el Poder Legislativo y con las decisiones que se han tomado en el Poder Judicial.
Imagine por un momento tal situación y podrá llegar a la conclusión que hoy un hombre acusado de abusar de las mujeres sería el candidato de Morena al gobierno de Guerrero, lo cual desde siempre se vio como una aberración por las acusaciones que pesan sobre Félix Salgado Macedonio.
Esa, la acción del INE y la ratificación independiente del Tribunal evitaron que se consumara un atropello, pero ojo lamentablemente esto no tiene nada que ver con las acusaciones en contra el guerrerense, sino en su actuar ante la legislación electoral vigente al no entregar sus reportes de gasto de precampaña a tiempo.
Deliberada o no la acción de los organismos electorales fueron las óptimas para que no se consumara la llegada de este personaje, que a todas luces fue defendido por Morena y hasta por el mismo titular del Ejecutivo en una sinrazón evidente.
De ahí la importancia de la autonomía de los organismos independientes al Ejecutivo que les permite contar con herramientas que equilibren el poder y eviten decisiones arbitrarias que terminarán afectando a la población, de ahí la importancia y es un claro ejemplo de porqué todo gobierno debe tener contrapesos. Resulta sumamente peligroso que cualquier titular de cualquier poder tenga un ejercicio desmedido de éste, las tentaciones son demasiadas y de entrada existe por la naturaleza propia del ser humano, una alta posibilidad de caer en actos de corrupción.
Que este ejemplo de cómo impidieron el INE y el TEPJF la llegada de un candidato poco conveniente a la contienda electoral para defender a las instituciones que son contrapeso y que se vele por una verdadera separación de poderes.
Miguel Ángel Puértolas