Recuerdo de chico que crecí con la palabra crisis, y es que en más de una ocasión mi padre me hablaba de la crisis económica que vivía el país, y algunas veces escuchaba hablar de la crisis política que se vivía ante el reacio interés del PRI en ese entonces de mantenerse en el poder.
Pero hoy México enfrenta más crisis, algunas heredadas por gobiernos anteriores, otras tantas de reciente aparición en escena, que ningún partido en el poder ha logrado disminuir, convirtiendo a nuestra nación en una resiliente, que se mantiene viva y a flote pese a todos esos golpes generados por esas circunstancias adversas.
Además de la crisis económica, de la que no logramos salir avante, pues el poder adquisitivo del ingreso no logra llevar a la mayoría de los mexicanos a niveles de vida satisfactorios, enfrentamos la de inseguridad y violencia, nunca en la historia de México se vivieron los niveles que hoy vivimos de índices delictivos y de homicidios dolosos causados principalmente por grupos delictivos que hoy dominan buena parte del territorio nacional.
Enfrentamos otra crisis, la de salud, que terminó por agudizarse con la llegada de la pandemia provocada por el coronavirus, esta dejó en claro la vulnerabilidad del sector salud, y puso en entredicho la capacidad del estado para responder de manera oportuna al reto que representó tomar decisiones estratégicas en momentos de crisis.
Enfrentamos con mayor agudeza también una crisis en el sistema educativo, que ya de por sí era complejo, el cierre de escuelas trajo consigo también un retroceso, del que costará años salir, y en el que las políticas públicas de la Secretaría de Educación, dejan mucho qué desear
México se ha convertido en un país que se ha mantenido en la resiliencia, en donde los mexicanos reforzamos la capacidad para evitar un estallido social ante tantos embates, la capacidad de los connacionales para soportar tantas crisis nos ha hecho mantener la calma y seguir apostando por nuestro país.
Pero es momento de ir más allá empezar a pensar en la necesidad de un cambio radical en nuestra clase política que en gran medida ha sido causante de muchas de esas crisis, o de las consecuencias de no haberlas sabido enfrentar.
Miguel Ángel Puértolas
