Justo a la hora en que el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador inauguraba una de las dos bases de la Guardia Nacional en Guanajuato que vino a entregar en Pénjamo y Romita, al otro extremo del estado, en el municipio de Celaya, la Marina Armada de México, en conjunto con la Fiscalía General del Estado llevaban a cabo la detención del “Tortugo” uno de los lugartenientes del cabecilla del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez.
De tal importancia es el personaje dentro de la organización que al momento de ser detenido se encontraba en reunión con tres elementos que fueron identificados como miembros activos de la Marina, sí de este cuerpo que es considerado como el menos corrupto entre las fuerzas de seguridad y que trabaja de la mano con autoridades norteamericanas para dar con el paradero de los operadores más importantes del crimen organizado para llevarlos delante de la ley.
Esta acción confirma que existe un esfuerzo evidente tanto del gobierno federal como del gobierno del estado por desmembrar a este grupo delictivo que surgió del huachicoleo, actividad ilícita cuyo auge lo tuvo durante el sexenio pasado en el que se dieron sinnúmero de complicidades entre la paraestatal Pemex, mediante directivos de alto nivel y delincuentes dedicados a la perforación de pozos.
Guanajuato es estratégico en este momento para el país de lo contrario no se habría dado marcha atrás en la decisión del gobierno federal de replegar a la Marina. La única entidad donde se sabe está operando es precisamente en esta zona del Bajío mexicano y prueba evidente es que en menos de un mes ya se registraron al menos 5 operativos para dar con el paradero del señalado por la autoridad.
Lo que urge sin duda es que se acabe con la violencia que se vive en Guanajuato y que las acciones coordinadas devuelvan a la entidad la paz de la que hasta hace unos pocos años gozaba.
