El nivel de irracionalidad con el que algunos políticos expresan sus ideas cada vez me parece que no tiene límite y ayer rayó en lo inverosímil cuando leí que Mario Delgado aseguraba con todas sus palabras, que había manera de acusar por el delito de traición a la patria ante la Fiscalía General de la República a los 223 diputados de oposición que votaron en contra de la reforma a la Ley Eléctrica presentada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que no alcanzó la mayoría calificada para la reforma constitucional requerida.
Para empezar ninguno de los 15 supuestos contemplados en el Artículo 123 del Código Penal Federal, encuadran en la acción emprendida por los legisladores que votaron en contra de la dichosa ley, lo que habla de un desconocimiento total de la ley, que un servidor sin ser abogado y con un simple repaso de la ley pudo determinar que en ningún momento el oponerse a aprobar la reforma es un delito.
Morena se dice defensor de la democracia, apelando al dicho que dice hágase la justicia divina en los bueyes de mi compadre, pues al igual que sus líderes, cuando la ley no encaja en sus supuestos y conveniencias entonces hay que modificarla para que encaje en los designios del primer moreno del país, pero cuando esto no sucede entran en la irracionalidad de creer que todo lo que va en contra de su líder entonces se puede configurar en un delito.
Un delito que tendrá seguro la conveniente atención de un fiscal que desafortunadamente ha dado muestras de actuar en algunas ocasiones a favor de intereses no solo propios sino totalmente ajenos a la impartición de justicia, lo que lleva a Delgado a suponer que sus acusaciones fructificarán. Bueno de qué tamaño es su ignorancia que dijo que juntarán firmas para respaldar sus acusaciones, como si se tratara de un asunto inquisitorio, en el que el pueblo decide la justicia y no las pruebas presentadas ante un juez.
En fin, insisto ni en los momentos más encumbrados del autoritarismo priista escuchamos a un presidente del PRI, anunciar una denuncia contra diputados de oposición, por votar en contra de una iniciativa presidencial, lo bueno es que está transformándose el país… si no.
Miguel Ángel Puértolas